Los guisos nacieron como una manera de reunir en una olla todas aquellas cosas que había disponible en una región. Así, se presentan distintas variedades, incluso con un toque familiar, constituyendo en sí misma una comida completa, sin necesidad de una guarnición extra. Es una comida especial para los días más fríos, y aunque tienen fama de ser muy calóricos, se pueden hacer variantes más saludables, reemplazando algunos ingredientes en la preparación.

Con los primeros fríos de otoño que se hicieron sentir en estos días, volvemos a sacar las ollas para hacer esos platos caseros que les gustan a todos, como los clásicos guisos de los que cada familia tiene su propia receta, muchas veces heredada de los padres o de los abuelos.

Los guisos tienen la ventaja de que se preparan en una sola olla o cacerola y constituyen en sí misma una comida completa, sin necesidad de una guarnición extra.

Incluyen carne, pescado o pollo, variedad de verduras y algún caldo de cocción que le hace de base a la salsita espesa que los caracteriza, resultando un combo nutricionalmente variado y sustancioso para una época del año especial.

Sin embargo, los guisos tienen fama de ser muy calóricos porque tradicionalmente llevaban grasa o manteca, y chorizo o panceta en el caso de los más potentes como el guiso de lentejas.

Variantes

Hoy en día, hay variantes más saludables y el guiso no es necesariamente sinónimo de una comida pesada y no apta para quienes quieren cuidar su silueta y su salud.

Cuántas veces nos hemos encontrado con gente que se priva de cocinarse un reconfortante guisito por todas estas cuestiones relacionadas con la salud.

Sin embargo, es posible transformar una receta de guiso tradicional en una comida más liviana, empezando por reemplazar la manteca por aceite de girasol o de oliva en cantidad moderada.

También se puede lograr una comida saludable evitando la panceta o toda clase de embutidos y reemplazarlos por una mayor cantidad de verduras espesantes como la calabaza o la papa, por citar algunos ejemplos.

Y si queremos incluir igualmente la panceta, es posible saltearla en una sartén limpia, sin aceite, hasta que se dore, y luego colarla para descartar el exceso de grasa. Recién entonces se puede agregar al guiso.

También es posible evitar las carnes grasosas, que suelen usarse para darle más densidad y sabor a los guisos, por otros cortes más magros como puede ser el cuadril, falda o la paleta, siempre quitándole la grasita que puedan tener en sus bordes.

Pero no sólo de carne vacuna o de cerdo son los guisos. También se pueden utilizar pescados para hacer guisos más rápidos, ya que la cocción del pescado no requiere más que unos veinte minutos al fuego. Es una opción muy sencilla y tentadora para incorporar distintos tipos de pescado, como merluza, brótola, lenguado o mero, por ejemplo, y que el pescado rinda mucho más en un plato bien contundente.

Cómo nacieron

Los guisos nacieron como una manera de reunir en una olla todas aquellas cosas que había disponible en una región. Por eso, cada país tiene su propia versión de esta preparación según las carnes, especias y vegetales que constituyen la base de sus cocinas.

Así como nuestro locro posee maíz y zapallo kabutia, ingredientes nativos de nuestro continente, la cocina rusa cuenta con su famoso borsch, donde el ingrediente principal e infaltable es la remolacha, y la cocina húngara es reconocida por su gulash, un guiso de carne con páprika. Y los ejemplos son incontables.

Como los guisos suelen hacerse con los productos que tenemos a mano, es posible modificar la receta apelando a nuestra inventiva. Para hacerlos más rendidores, se les pueden agregar pastas guiseras y también legumbres, como porotos o garbanzos. Esto hará que la receta sirva para más de una comida y resulte mucho más económica.

El guiso, sin embargo, tiene sus reglas o procedimientos propios. Uno de ellos es el paso inicial de rehogar ingredientes que suele ser una combinación básica de verduras como cebolla, ajo y morrón.

Pero lo que caracteriza al guiso es su condición versátil de adaptarse y modificarse según los productos regionales y de estación que se tengan.

Comenzaron los días más frescos. Nada más placentero que un rico guiso como broche de oro de un día destemplado. A continuación, ofrecemos cuatro recetas variadas, sencillas y, sobre todo, para toda la familia para disfrutar en esta época del año.

La caponata, un guiso que se realiza a base de berenjenas

Receta para preparar un rico y liviano guiso a base de lentejas

Ingredientes: 1 taza de lentejas, 500 g de carne vacuna, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 1/2 morrón rojo, 1 zanahoria, 1 feta de panceta ahumada de 1 cm de grosor, 1 puñado de perejil picado, 2 tomates maduros pelados y cortados en cubos, caldo de carne, c/n

aceite, c/n, 1/2 cdita de comino, 1 cdita colmada de pimentón, queso rallado, c/n, sal y pimienta.

Preparación: cocinar las lentejas desde agua fría. Cuando estén listas, colarlas y reservarlas. Picar las verduras. Cortar la panceta en cubos y saltearla en una sartén sin nada de aceite. Cuando esté dorada, colarla para descartar la grasa. Cortar la carne en cubos y saltearla con la panceta en una olla con aceite. Incorporar las verduras y cocinar todo junto. Luego agregar el tomate, las especias y el perejil. Agregar el caldo hirviendo y las lentejas, bajar el fuego y dejar cocinando hasta integrar. Servir y espolvorear con queso rallado.


Con pescado: fácil y tentador

El guiso con pescado es una variante para tener en cuenta.

Una de las ventajas que ofrece el guiso es que se pueden hacer distintas variantes y entre ellas, no solo de carne vacuna o de cerdo pueden ser las preparaciones, también se puede utilizar el pescado, siendo una de las ventajas que no requiere más que unos veinte minutos al fuego.

Se trata de opciones sencillas y tentadoras donde se pueden utilizar distintos tipos de pescado, como la brótola, merluza, lenguado o mero.

Esta es una preparación de guiso de pescado, fácil de realizar y muy rica:

Ingredientes

700 gramos de merluza (en este caso se pueden utilizar postas de merluza o filetes).

1 cebolla.

1/2 morrón rojo.

1 diente de ajo.

2 tomates.

2 cucharaditas de pimentón.

1 hoja de laurel.

1 chorrito de vino blanco.

caldo de pescado o de

verdura, cantidad necesaria.

1 puñado de perejil picado.

el jugo de medio limón.

sal y pimienta a gusto.

aceite, cantidad necesaria.

500 g de papas.

Preparación

Picar la cebolla, el ajo y el morrón rojo. Saltearlos en una olla con un chorrito de aceite, cuidando que no se quemen (bajar un poco el fuego en ese caso).

Mientras tanto, pelar los tomates (se hace una cruz en la base de los mismos y se los coloca en agua hirviendo unos treinta segundos. Luego se los sumerge en agua fría y se los pela), cortarlos en cubos grandes y añadirlos a la preparación cuando las verduras estén tiernas y la cebolla transparente.

Agregar el vino blanco, la hoja de laurel y el pimentón. Bajar el fuego y dejar un par de minutos que se cocine despacito.

A continuación, incorporar el caldo de pescado o de verdura y las papas cortadas en rodajas. Salpimentar.

Tapar la preparación para que se vayan cocinando las papas. Mientras tanto, lavar las postas (rodajas) o los filetes de merluza.

Si los filetes son muy grandes, cortarlos a la mitad. Cuando la papa ya esté casi cocida, agregar el pescado.

Volver a rectificar condimentos y tapar. Dejar unos minutos sobre el fuego bajo hasta que se cocine el pescado (unos 15 minutos, aproximadamente).

Servir porciones, espolvoreando con perejil picado y un poquito de jugo de limón.

Se trata de un plato saludable, fácil de hacer, económico y también muy exquisito para que disfrute toda la familia.


Una variante de chile con carne, una preparación de origen mexicano

El chile con carne es una receta mexicana que tiene muchas variaciones en su preparación, dependiendo la región.Receta mexicana. Se trata de una sopa espesa, bastante picante, cuyos ingredientes originales principales son carne (de cerdo o res), chile y frijoles, aunque no hay un plato en el mundo con mayores disputas acerca de su invención, historia, ingredientes y variantes.

Este es el detalle de los ingredientes para cuatro personas:

Ingredientes:

800 gramos de carne picada.

1 taza de porotos colorados.

1 cebolla.

2 dientes de ajo.

1 morrón verde.

1/2 chile rojo picado y sin semillas (se puede reemplazar por ají molido a gusto o chile en polvo).

2 cucharadas soperas de aceite de oliva.

4 tomates grandes picados, pelados y sin semillas (o 1 lata de tomates en cubos).

1 hoja de laurel.

comino a gusto.

orégano (opcional).

sal y pimienta.

Preparación:

Remojar los porotos durante toda la noche (se calculan 4 partes de líquido por cada parte de porotos). Luego hervirlos hasta que estén tiernos (unos 40 minutos).

Salar a último momento. Reservar con el agua de cocción. Calentar el aceite en una olla. Incorporar la cebolla y el ajo picados.

Rehogar hasta que la cebolla esté transparente. Agregar el morrón verde cortado en cubos pequeños y rehogar unos minutos a fuego lento.

Incorporar la carne picada y remover hasta que empiece a cocinarse. Agregar los tomates, el chile picado (o el ají molido), el laurel y el comino.

Más adelante, salpimentar. Bajar el fuego y dejar cocinar a fuego lento hasta que se empiece a formar una salsita.

Incorporar los porotos colorados y dejar que la preparación se cocine una media hora más para que se integren ambas preparaciones y se espese la salsa.

Si hace falta más líquido, agregar agua o caldo hirviendo. Servir bien caliente.


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