Ayer se celebró un año más el Día Internacional de la Mujer, una fecha importante desde la perspectiva de la defensa y exigencia de políticas de igualdad en todos los ámbitos, incluyendo entre ellos también, como no puede ser de otro modo, el del consumo y las relaciones de mercado
Ayer se celebró un año más el Día Internacional de la Mujer, una fecha importante desde la perspectiva de la defensa y exigencia de políticas de igualdad en todos los ámbitos, incluyendo entre ellos también, como no puede ser de otro modo, el del consumo y las relaciones de mercado.

En estos últimos años la mujer ha adquirido una importancia incuestionable como consumidora de cualquier producto debido a que también se ha sabido posicionar en lo que son los negocios o trabajos y además, un dato muy importante, es lo mucho que gastan las mujeres en diversas cosas no solo los accesorios para el hogar.

Cómo actúa la mujer en su rol de consumidora? Hoy en día, la mujer es la que lleva la batuta en las compras especialmente la del hogar. Ellas son las que deciden y administran el presupuesto familiar.

Pero yendo propiamente al rol de mujer consumidora y que compra para sí, algunas de ellas, viven el acto de ir de compras como una satisfacción e incluso como una posibilidad para expresar su individualidad. En la sociedad en que vivimos son muy pocas las mujeres que llegan a criticar y cuestionar esta idea.

En este momento hay una presión enorme por identificarnos con lo que creemos ser. Y eso está simbolizado, en gran parte, por las marcas que compramos y las cosas que usamos. Ocurre con mujeres y hombres.

Volviendo a la mujer como centro de análisis, diversos estudios han revelado perfiles de consumidoras y que se distinguen claramente entre sí.

La Lic.Andrea Oksenberg, psicóloga, describe cuatro de ellos y en los que pueden ajustarse las distintas actitudes adoptadas por las mujeres.

Consumidora impulsiva

Poseen una estructura de personalidad orientada a una satisfacción inmediata, lo que implica que no analizan para qué les servirá o dónde usarán esa prenda o accesorio en particular. Probablemente se trata de personas que ejercen un menor control sobre sus impulsos. Aprovechan las oportunidades, también pueden incurrir en decisiones de las que luego se arrepienten.

Consumidora analítica

Una, dos, tres, incluso cinco veces ha llegado a ' vitrinear' por los mismos zapatos. La primera visita es de aproximación. ¿Le gustan? Sí, pero hay algo que no la convence. La segunda vez, se los prueba. Le quedan cómodos y están disponibles en su talle. La tercera, agrega un poco de estudio de mercado. ¿Los puedo encontrar en otro lugar más baratos, existen similares pero de mejor calidad? En la siguiente visita generalmente los compra, pero otras veces se arrepiente. Para el par de botas que compró la semana pasada, la quinta fue la vencida. Una rutina extenuante de shopping.

Ellas corren menos riesgos porque llevan un control riguroso de sus gastos y generalmente no cometen excesos, pero 'pueden tener una dificultad para darse gustos y gozar de las cosas'.

Adicta a la oferta

Con el final de la temporada llegan las liquidaciones. Duran un par de meses pero lo importante es saber cuándo 'atacar'. Los precios deben estar bajos pero el stock alto.

Ellas disfrutan del reto de lograr el precio rebajado incluso más que del producto final. La oferta es una tentación en sí misma. La mujer es un 100% sensible a los descuentos.

También se relaciona esta tendencia a una manera de equilibrar el cargo de conciencia que muchas mujeres sienten al comprar. Si está en oferta es más aceptable, calma la culpa. Por lo mismo ellas, generalmente, necesitan hacer notar al otro lo conveniente del precio.

La mujer "marquera"

Son necesidades construidas con el fin de generar identidad, sentido de pertenencia y a su vez de individualidad'. Lo que motiva la compra no solo es cómo la persona se ve o cómo se siente sino también lo que pretende transmitir al llevar la marca. Con esa fidelidad busca ser consistente con la imagen que desea mostrar. Un hallazgo muestra que mujeres consultadas, consideran que ellas tienen mayores oportunidades que sus madres. Las mujeres en mercados emergentes creen que sus hijas tendrán más oportunidades, incluso más de las que ellas tuvieron con respecto a sus madres. Sin embargo, en países desarrollados, consideran que sus hijas tendrán las mismas oportunidades, no más.

Compartiendo o no las descripciones realizadas, es evidente que el protagonismo de la mujer en el ámbito del mercado a sido creciente y le será aún más de la mano de romper con la vieja cultura que la sumía en un rol secundario, al nuevo escenario que la pone protagonista de sus propias decisiones.

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