La revancha entre Maidana y Mayweather será un hito que probablemente sea fugaz, más allá de negocios y conveniencias económicas personales. Pero salvo que sea con victoria de El Chino, se esconden consecuencias que podrían debilitar más de lo que fortalecen al boxeo argentino.
La pelea Maidana-Mayweather II ya está arreglada, aunque no se hayan firmado los contratos y tarden en confirmarla oficialmente. (Sería el 13 de setiembre en el MGM Grand de Las Vegas, o en Nueva York, por el título mundial welter AMB/CMB del yanqui).

Si bien a simple vista fue una buena noticia para el boxeo argentino, una segunda lectura obliga a plantearse más cosas y hacer los siguientes análisis.

El primero es si realmente se piensa que El Chino en la revancha podría vencer a Money. El segundo, es la razón por la cual de vuelta se elige a Maidana: si se trata de una demanda boxística, de un negocio que le conviene a Floyd, o simplemente de escasez de oponentes, de los cuales sólo la primera opción sería un motivo seductor para el público.

Pero el razonamiento más interesante en cuanto a la mirada futurista, más allá de la conveniencia económica y deportiva de Maidana, es qué le aportaría al boxeo argentino, especialmente si se da la lógica y el Chino vuelve a perder.

En el primer duelo, cierto es que el santafesino dejó una gran imagen, pero a la vez quedó la sensación de que en su mejor performance posible no pudo ganarle. Es más; si siguieran peleando, quedó la impresión de que Mayweather le ganaría cada vez más fácil. ¿Por qué entonces repetirla tan pronto?

Pasaríamos entonces al primer interrogante: ¿en qué falló El Chino y qué debería cambiar ahora para ganarle?

No es secreto circunscribir todo en su pegada. Pero resumir cualquier táctica en la "teoría del piñazo", sugiere la facilista lectura de que se libra todo a ese azar.

Maidana tuvo ya sus chances de pegarle, lo arrinconó, y así y todo jamás pudo acertarle una buena. Y si lo hizo, fue como pegarle a una sombra.

La excusa perfecta fueron los tan mentados guantes que Mayweather le hizo cambiar –los Everlast mexicanos- por otros más acolchados.

Eso será parte de la negociación actual, a la que difícilmente el yanqui acceda, porque, como dice el propio consejero de Maidana –Sebastián Contursi-, "si en la primera pelea hizo semejante escándalo, todo hace pensar que se mantendrá en esa posición, tan tajante como en mayo pasado. Sería sorprendente para mí si esta vez no tuviera problemas respecto a ese tema".

Si la clave de la ineficaz pegada de Maidana estuvo en la elección de los guantes y ahora serán los mismos, ¿qué hace pensar entonces que se revertirá el resultado?

¿Será la antelación con la que irán esta vez, dos semanas antes que la pasada? Maidana ya voló rumbo a su búnquer de Oxnard, para ponerse en manos de su DT Robert García, con dos  meses de tiempo, pero con otros dos de parate previo, en los que no hizo más que algunas exhibiciones –tres-.

¿Será que ahora creen –contrariamente al duelo anterior- que eso influirá en mejorar su rendimiento? A decir verdad, ni estando todo el año en USA haría que Maidana tenga más chances de vencer a Floyd, porque no pasa por ahí.

El cuestionamiento que se le levantó la vez pasada en torno a esto –que no fue un reproche, sino una lectura-, no fue por el tiempo, sino por su actitud indolente al respecto, que denunciaba que en el fondo, tanto él como su equipo pensaban lo mismo –que era inútil-, pues de lo contrario se hubiesen cambiado el orden de prioridades, que entonces fue ver el nacimiento de su hija. El sacrificio a veces es parte del éxito cuando éste es factible.

Hechas estas antipáticas reflexiones, ninguna alienta en lo teórico mejor suerte para El Chino ahora. Habría que pensar pues, que lo que justifica la revancha tiene que ver con el negocio que más le cierra a Floyd: máxima ganancia con menor inversión y riesgo.

Quizás Maidana sea más barato como oponente que Khan, Cotto o Pacquiao, y a la vez menos riesgoso, sin perder clientela televisiva, incluso potenciándola. La otra sería la escasez de rivales, en realidad, la razón madre.

A El Chino le conviene, gane o pierda. Tendrá el orgulloso record de ser de los pocos en pelear dos veces ante el Nº 1 del mundo libra por libra, y su manejador el increíble mérito de conseguir en poco tiempo algo que otros más encumbrados no pudieron en toda su carrera. Y no una, sino dos veces, cosa que asombra, máxime viniendo de un "promotor" sin mucha trayectoria ni experiencia como Contursi. ¿Cuál será su secreto?

Ahora bien, ¿le sirve al boxeo argentino más allá de a Maidana, habida cuenta de que si pierde –lo más probable- seguramente se retira? ¿Cuál es el negocio –boxístico y económico- del trabajo de base, máxime cuando Maidana fue producto del amateurismo y de lo mucho que se invirtió en él?

La movida encima arrastró a su hermano menor, Fabián "TNT", que debutó prematuramente en USA como profesional de la mano de Contursi, dejando en banda el semillero amateur y tirando por la borda un trabajo de años, que incluía una abultada beca mensual, que recibía por sus logros en el equipo nacional. Pero no es ni será el único. Cuando se analicen los motivos de la crisis, a no olvidarse de este.

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