Son muchas las personas, especialmente aquellas que tienen más de 50 años, que no se acercan a las nuevas tecnologías, con lo que dejan de lado muchas posibilidades de contacto con familiares o bien entrar dentro de los requerimientos de una propuesta laboral.

Muchas personas de más de 50 años presentan una cierta reticencia por acercarse a las nuevas tecnologías: el desarrollo de la computadora, los celulares cada vez más avanzados... y ni hablemos de las redes sociales. Es así que pierden un posible contacto con familiares que se encuentran lejos, compartir algunas cuestiones con amigos o bien entrar dentro de los requerimientos de una propuesta laboral.

"La tecnología no debe ser nuestra vida, pero sí un buen complemento para muchas actividades", explica el doctor Roberto Re, médico especialista en psiquiatría, director de la Red Sanar.

"No entiendo nada, no puedo, esto no es para mí", es lo que suele escucharse de estas personas. Una fobia es la aversión apasionada hacia algo. "Se trata de un miedo patológico y, en este caso particular, los tecnófobos se sienten incapaces, sienten miedo a romper los aparatos tecnológicos (computadora o celular, por ejemplo) y optan por alejarse de ellos", es lo que explica el especialista y agrega: "algunos hasta inventan excusas relacionadas a la salud orgánica: usar celular hace mal por eso no lo toco, es una de las excusas que presentan muchas personas". El afectado por la fobia reconoce que este miedo es irracional, pero no puede controlarlo.

En la actualidad, casi todas las actividades están vinculadas o mediadas por la tecnología. Es así que el tecnófobo se enfrenta con un estímulo fóbico constantemente, hasta llega a una crisis de angustia. Luego se sumerge en un gran dolor por ser excluido de ciertos círculos (sobre todo en lo relacionado a lo laboral y a las redes sociales para la comunicación y el intercambio de información con amigos).

Oposición a la adicción

Cuando un tecnófobo se enfrenta a un apasionado de la tecnología, en general, suelen aparecer crisis. Vale aclarar que ninguno de los dos polos es saludable. La tecnología debe mediar ciertas actividades, no convertirse en algo "indispensable para vivir".

"En lugar del enfrentamiento, proponemos la interacción con las personas apasionadas por la tecnología. De este modo, con respeto, el tecnófobo logrará acercarse lentamente y entender los mecanismos de la tecnología, mientras que el adicto sabrá que se puede vivir también sin ella", explica Re.

¿Cómo tratarse?

Estas son algunas alternativas para el tratamiento de estas cuestiones "tecnológicas".

Terapia cognitiva: es bueno consultar con un profesional psicólogo o psiquiatra. No sienta vergüenza, no es un tema menor si interviene en su vida y le genera angustia.

Terapia de exposición: se trata de que el paciente se acerque lentamente a aquellos objetos que lo asustan. Con ayuda de otras personas, o bien clases prácticas sobre como manejar ciertos sistemas operativos, la persona afectada empezará a sentir que el miedo se va diluyendo.

Toda fobia produce ansiedad y angustia: varios ejercicios de relajación y respiración ayudan a disminuir estas molestias.

Muchas veces es bueno optar por tratamientos psicológicos grupales: juntarse y compartir el problema con otras personas que padezcan esta molestia ayuda mucho a lograr una recuperación y a no sentirse solo.

Por último, el doctor Roberto Re explica: "Si usted usa un teléfono celular y también tiene mail, pero no se anima a acercarse a ciertas redes sociales o no baja las aplicaciones de moda... no es un tecnófobo! En general, esto sólo se da porque no cuenta con tiempo (o decide no dedicar tiempo) a la investigación de las novedades en este ámbito".

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