La fórmula de "dueño del circo" que hoy patenta Floyd Mayweather, la inventó Sugar Ray Leonard en los '80, perfeccionando la obra del Más Grande, Muhammad Alí. Por eso las chances del Chino Maidana ante "Money" parecen nulas. ¿Y si salta la banca?
A Muhammad Alí, el Rey del Marketing -y un adelantado para su época-, en la década del '60 y '70 no se le ocurrió ver el negocio boxístico del modo actual.

Quizás porque en aquel entonces no sería lo primordial, cuando aún prevalecía la gloria deportiva por sobre todo lo demás, y el hecho de ser campeón del mundo no significaba ser el más rico del planeta, sino el más fuerte, el mejor.

Una larga década después, ya a fines de los '80, su heredero en estilo y carisma, Sugar Ray Leonard, fue el primero que advirtió cómo influía en el mercado y en la TV, y cómo podía explotarlo a su favor, dominando sin techo alguno incluso a los grandes intereses.

Lo encontró de casualidad, con la estrategia del retiro y la reaparición.

Se dio cuenta que sin importar demasiado su rendimiento, le pagaban más por volver que por pelear continuamente. Y, torciendo un diagnóstico de desprendimiento de retina en su ojo izquierdo, y el consejo médico de abandonar la actividad, dobló la apuesta y reapareció, tras 3 años de inactividad.

Y no sólo reapareció, sino que lo hizo contra la figura del momento, dos categorías por encima de la suya: desafió a Marvin Hagler por el título mundial mediano del CMB. Para muchos, una locura.

Nadie sabrá nunca las circunstancias ocultas y dudosas que rodearon esa pelea –para algunos, la mejor de la historia, para otros, tongo-.

La cuestión es que Leonard no sólo ganó, sino que Hagler, muy extrañamente, se retiró. Fue entonces que el prodigioso Sugar Ray triplicó la movida subiendo dos categorías más, inventando algo absurdo -y poco serio-, como fueron las dos coronas mundiales juntas en una misma noche, frente al canadiense Donny Lalonde, por el supermediano y mediopesado del complaciente CMB.

Fue allí, con la comunión del "Muhammad Alí" del momento y el organismo más influyente, que comenzó a desvirtuarse la seriedad del boxeo mundial, y a quebrarse su credibilidad.

¿Cuál era el mensaje? Si podían ponerse en juego dos títulos mundiales de diferentes pesos en una misma noche, con límite en el inferior, cualquier cosa podía pasar. –NdeR: se peleó en supermediano (76,200), porque Leonard no llegaba a más, y para obligarlo a Lalonde, un mediopesado natural, a bajar él, para lo cual tuvo que deshidratarse. Encima dio menos (75,700)-.

Por lógica, el canadiense, que iba ganando el combate habiendo incluso derribado a Leonard, tras el 5º round "se murió", y pagó caro peaje de su exigencia física antinatural. Fundió biela abruptamente y perdió por KOT 9.

Para el marketing, la gilada, el negocio y la TV, Leonard quedó en la historia con un record difícil de igualar, ganando dos coronas en la misma noche y 5 en diferentes pesos, algo inédito hasta el momento, superando las 4 de Tommy Hearns, que había conquistado la 4ª (supermediano) tres días antes.

No fue eso solo: para esto pateó a Bob Arum y él fue su propio mánager, y parte de la organización para hacer y deshacer a su antojo, cosa que le permitieron, por negocio. Y porque era Leonard.

Ya en las últimas, su edad y físico no le dieron para seguir sacando provecho. Pero su sucesor en este "árbol genealógico", Oscar de la Hoya, patentó la idea y la mejoró, creando directamente su propia promotora (Golden Boy Promotions), que ahora es potencia mundial, aunque él está retirado y apenas pudo organizarse sus propias peleas en la última etapa.

Quien les pasó el trapo a todos fue Floyd Mayweather.

El último descendiente de ese "linaje boxístico", aunó ambas cosas: deporte y negocio. Estrellato, jerarquía, carisma y gloria, por un lado, más todo lo referente a lo organizativo y comercial por el otro, sin dejar nada en manos de nadie que no sea él.

A Mayweather –casualmente, también rey por el CMB en welter y superwelter, además de welter AMB- es al único púgil que nadie le dice con quién se tiene que enfrentar, ya que él mismo es quien lo decide.

Él es quien elige a sus rivales, porque él es el negocio. Él tiene el Pay Per View (pago por evento), él tiene la promoción (asociado a Golden Boy -¿quién si no?- que es quien figura), y todos lo aceptan porque a todos les conviene -al menos en lo económico-. Así es el boxeo de hoy, y así está de desvirtuado. Lejos de lo que promovía y explotaba Muhammad Alí.

Los boxeadores, mejor dicho, los grandes campeones mundiales, pasaron de ser explotados a explotadores, gobernados a gobernadores, con el mismo poder (o más) e impunidad, sólo que invirtiendo la fórmula.

En este contexto, así expuesto ¿alguien piensa que Marcos "El Chino" Maidana, de Margarita, Santa Fe, le puede ir a ganar a Mayweather allá y arrebatarle todo el negocio que monta el multimillonario yanqui?

Por eso es que entre los especialistas, que conocen estos tejes y manejes, nadie, absolutamente nadie piensa que El Chino puede ganar el sábado en el MGM de Las Vegas los tres títulos que Floyd pone en juego, mientras que algunos inocentes aficionados y entusiastas le asignan chances.

Mayweather ganó el 1º round con la elección de los guantes, que, gracias que serán de 8 onzas y no de 10, como quiso imponer por estar en juego la corona superwelter (ya en esa categoría se usan los de 10).

Todo eso también influye sobre la merma en la venta de tickets, que es menor a la de la pelea anterior, aunque el MGM comprará lo que no se venda para repartir entre sus clientes. ¿Alguna vez salió saltó la banca en esos Casinos? Un batacazo también le conviene al dueño del circo.

 

 

 

 

 

 

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