A juzgar por los números cuando hay una pelea grande como la que pasó, pareciera que estamos en un país boxístico, o que el boxeo es potencia deportiva nacional, cosa que de algún modo es. Pero sólo se refleja en estos eventos especiales, que se vuelven mediáticos, sin mover luego la aguja ni en el sponsoreo ni en la repercusión. ¿Por qué?
Narvaes hará mañana ante Orucuta lo que será la mejor propuesta del año a nivel local, por la paridad y relevancia del combate, que será revancha de la que hicieron el año pasado en el Luna Park, donde el chubutense ganó en fallo dividido insólitamente, porque lo había hecho con claridad, aunque no por ello sin esfuerzo y sin peligro, especialmente en los últimos rounds.
Tal es así que para este duelo -que la OMB consideró mandatorio-, hubo una licitación que ganó Osvaldo Rivero, manager de Narvaes, en algo más de U$S 400.000, que parece poco al lado de los números que se manejaron en Maidana-Mayweather, pero que para un peso chico, y en nuestro país, quizás sea el record, incluso contabilizando cualquier combate mundialista en cualquier peso.
A esto habría que agregarle que el Enano patagónico defiende por 11ª vez su cetro, que sumadas a las 16º que hizo en mosca, daría un total de 27 consecutivas sin perder, record histórico. Con 39 años, tendrá a un rival 11 años más joven que él, en ascenso, que lo aventaja en potencia, altura y alcance. Al Huracán lo que le sobra es grandeza.