Vecinos de San Francisco Solano, comenzaron a subir los pisos después de la terrible inundación del pasado 7 de febrero. La estremecedora historia de un vecino que lo perdió todo por el avance implacable del agua
Desde el pasado 7 de febrero -cuando la última inundación le arruinó la vida a una gran cantidad de familias de Solano- vecinos de los barrios La Paz y El Tala comenzaron a elevar el nivel de sus casas, cansados de esperar las obras hídricas que una y otra vez fueron prometidas y nunca se cumplieron.
Durante una recorrida por la zona, El Quilmeño dialogó con varios damnificados por esta problemática. Sin embargo, la historia de Domingo Mansilla resume a la perfección el drama de las inundaciones, que -desde hace años- padecen miles de personas de esa castigada región de Quilmes.
Antes del fatídico 7 de febrero de 2014, Domingo Mansilla vivía de lo que recaudaba con su ferretería, ubicada en las calles 892 y 812. Sin embargo, la inundación de ese día le cambió la vida por completo. "Comenzó a entrar agua por todos lados y empecé a ver que el negocio se me inundaba. Me puse tan nervioso que me agarró un ACV y me desmayé. Estaba inconsciente y me sacaron los vecinos con el agua por la cintura", contó el comerciante.
Durante los meses que estuvo internado, Mansilla logró recuperarse y hasta superó una hemiplejía. Pero al abandonar el hospital, volvió a la ferretería y entendió que su negocio ya no iba a poder seguir adelante. "La inundación me fundió. Perdí mercadería por 140 mil pesos y no pude volver a abrir. Me puse a trabajar como albañil para sobrevivir", relató.
Volver a empezar
Junto a su ayudante, Domingo Mansilla tuvo suerte con su nuevo oficio, ya que muchos vecinos requerían sus servicios como albañil para elevar el nivel de las casas afectadas por el avance del agua. A raíz del éxito, el ex comerciante comenzó a subir el nivel de su propio negocio, con la esperanza de algún día poder reabrir la ferretería. "Desde febrero hasta hoy no me pude recuperar y sigo con la albañilería. Pero le estoy subiendo el piso a la ferretería, para no tener más problemas cuando la pueda reinaugurar", afirmó el trabajador a este medio.
Así como hay muchos que pueden pagar materiales y mano de obra para construir hacia arriba, otra gran porción no dispone de esos recursos y se encuentra en serio riesgo por los anegamientos que produce el desborde del arroyo San Francisco. La incertidumbre ante nuevas inundaciones no le permite a las familias ni siquiera renovar los muebles que se destruyeron por el agua que ingresó a sus casas.