Roco falleció el año pasado luego de una penosa enfermedad, pero algunos compañeros aseguran verlo por las instalaciones

Aparece un fantasma y el lugar es un depósito de Avellaneda, donde se guardan cajas de cartón de diversos tamaños que son distribuidas en papelerías de toda la zona sur del Conurbano. El predio funciona desde hace cuarenta años, y cuenta actualmente con una veintena de empleados. Uno de ellos, apodado Roco por sus compañeros, falleció el año pasado tras enfrentar una penosa enfermedad. Pero todos afirman que "no se fue del trabajo", porque con mucha frecuencia su voz y figura aparecen, en el marco de situaciones que ya están absolutamente naturalizadas.

"Empezó a aparecer su fantasma apenas murió. Nosotros sabemos que es Roco, porque escuchamos su voz y muchos de nosotros ya lo vimos. Ocurre todo el tiempo. El murió en noviembre y son incontables las apariciones. Nadie se asusta, ya estamos acostumbrados. Era un gran tipo, muy amigo de todos. La pasaba bien acá, entonces no se va", dijo Pablo, compañero de Roco.

Acerca del tema, el padre Manuel Acuña, especializado en exorcismos, sostuvo que "es necesaria una misa especial en el lugar de trabajo de este hombre fallecido, porque claramente se aferra al espacio donde fue feliz, y eso no le permite a su alma comenzar su viaje al descanso eterno".

Los compañeros de Roco explicaron que "la primera vez fue a los pocos días de su muerte, al mediodía, cuando estábamos descansando un rato en el comedor, comiendo tranquilos, y de pronto escuchamos su risa, que era muy especial, y nos quedamos todos mudos, creímos que era un chiste, pero nos dimos cuenta que era de verdad, porque todos la habíamos escuchado".

"Después le fue pasando a compañeros de manera individual o estando de dos o tres, que escuchaban su voz hablando. Como si quisiera participar de las conversaciones. El siempre estaba haciendo chistes, o te preguntaba si te pasaba algo. Era hincha de Independiente, hablaba mucho de fútbol, y también de boxeo. Eran sus pasiones. Como tenía casi 60 años, ya no jugaba al fútbol con nosotros, pero venía en cada partido y nos jodía desde afuera. Por todo eso debe que su alma no se quiso ir", expresó Pablo.

  • Antecedente

El cura Acuña recordó un caso registrado en 2008, en el barrio porteño de Versailles, cuando una pareja tuvo a su primera hija. Pero, casi de manera inmediata, comenzaron a ser víctimas de sucesos paranormales. "Luego de un tiempo me convocaron. Y logramos determinar que se trataba del espíritu de un bebé fallecido en ese mismo lugar, que padecía de celos por la llegada de la nueva criatura, colmada de afecto y cuidados".

La familia presenciaba hechos aterrorizantes, como una seguidilla de relampagueo de luces, el encender y el apagar del televisor sin que nadie lo tocase; o el oír pasos estruendosos y risas espeluznantes aún sin haber más nadie que ellos en el domicilio o alrededores.

En esa vivienda, 20 años atrás, una criatura falleció de muerte súbita. "La pareja me llamó para conseguir que el bebé siga su camino, y despedirlo como debió haberse hecho apenas falleció", explicó el religioso que añadió que "es más común de lo que se puede pensar, como ocurre ahora con este caso del trabajador de Avellaneda" concluyó.


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