Elsa Gómez, madre de Sosa, se comunicó con Diario Popular para volcar sus sensaciones a raíz del reconocimiento del cadáver de Luciano. Su hijo, Daniel, murió en 2001 en una de las tantas causas de gatillo fácil. La Policía Bonaerense, el factor común
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Por Elsa Gómez


Quiero decir que repudio totalmente a la Policía Bonaerense. Fueron ellos los que desaparecieron a Luciano (Arruga). Y contaron con el encubrimiento de la corporación policial y judicial. Siempre es lo mismo. Manejan la calle, las ambulancias, las guardias, las morgues, todo. Armaron la causa, como hacen siempre. Las madres de víctimas del gatillo fácil los conocemos. Sabemos de lo que son capaces. Sabemos que la Maldita Policía Bonaerense sigue activa.

¿No aprendimos nada? ¿Cómo es que permitimos que sigan haciendo esto con nuestros hijos? Desaparecen a los chicos, los torturan, los obligan a robar o vender drogas.


Pienso en la madre de Luciano, en esa familia que luchó tanto. Durante todos estos años de oscuridad.

A mi hijo Daniel lo mataron policías y tengo que decir que tuve la suerte de estar cerca de su cadáver muy rápido, porque si hubiera sido distinto aún estaría desaparecido. Pero mi dolor es el mismo de otras mamás que ya no tienen a sus hijos por estos monstruos corruptos y asesinos.

Se tiene que saber lo que hacen con nuestros pibes. Los asesinos de mi hijo Daniel fueron tres. Sólo uno fue enjuiciado. Los otros dos siguen subiendo de escalafón, manejando operativos, tranquilos en las comisarías. Siempre pienso qué pasa cuando alguno de nuestros chicos cae en sus manos, manchadas con sangre.

Y los jefes policiales, siempre prometiendo. Y siempre mirando para otro lado. Mafiosos de zapatos lujosos. Que se hagan cargo de los pibes que matan. Que se hagan cargo de las familias que están destruidas.

Ellos sabían. Claro que sabían dónde estaba Luciano. Me consta. A mí. A tantas otras madres que los conocemos. Si saben todo lo que pasa en las seccionales. No se les escapa nada.

Pobres infelices. Se hacen cargo de los uniformes que llevan. Se olvidan que vienen de los barrios. Es ropa prestada. Nada más que eso.

Imagino el dolor de la familia de Luciano. Lo siento en el corazón. Tener la esperanza de que aparezca vivo. Internado. En algún lado. Pero vivo. No perder esa ilusión. Todo es dolor para los pobres. Me duele que esto no cambie. ¿Accidente de tránsito? Sólo con los chicos pobres pueden hacer estas cosas. Y a nosotras nos queda salir con los cartelitos, juntarnos a pedir justicia, a que se rían en nuestras caras.

Pero acá estamos. Acá seguimos. Acá vamos a estar. Aunque no les guste.

* La autora es madre de Daniel Sosa, asesinado de un balazo el 2 de febrero de 2001, en la localidad de Aldo Bonzi. Por el hecho, fue condenado a 18 años de cárcel el policía Ramón Olivera, que estuvo prófugo y actualmente goza de prisión domiciliaria.

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