No cree en las relaciones sentimentales para toda la vida. Dice que antes confiaba tanto en la gente que cuando le fallaban lo negaba. Hoy es más realista, aunque intenta no perder del todo la mirada romántica sobre la humanidad que la caracterizaba.

Está convencida que en la vida nada es para siempre y que somos hacedores de nuestro destino. El tiempo se encargó de demostrarle que no toda la gente es buena y que el amor es pura química. Estos y otros temas fueron abordados por Maju Lozano, una mujer que considera que el poder mal utilizado le está haciendo daño a mucha gente.

¿Cómo cree que resulta convivir con una mujer como usted?

-Muy buena. No soy complicada. Lo que más me cuesta es mantener una conversación a la mañana. No me gusta hablar cuando me levanto

¿El amor basta y sobra para que una pareja sobreviva?

-No. Con el amor solo no alcanza.

¿Qué se precisa?

-Voluntad de trabajo de ambas partes. Si eso no existe, inevitablemente, el amor se termina muriendo.

¿No cree en amores eternos?

-Yo no creo en el amor para toda la vida.

¿Todo tiene un final, todo termina?

-Sí, porque en la vida nada es para siempre. Además, me aburren las cosas eternas. Todo tiene su ciclo y debe terminar en algún momento,

¿Incluso el amor?

-Incluso el amor.

El amor que se termina, ¿se reemplaza por otro amor?

-No creo que eso sea posible. En todo caso, puede aparecer un amor distinto.

¿Ningún amor es reemplazable?

-No, porque con cada persona se vive una relación diferente. Por ejemplo, yo puedo tener una maravillosa historia de amor con alguien y, a lo mejor, la ex mujer de ese alguien me habla pestes de él. El amor tiene que ver con cómo una funciona con el otro.

¿Es una combinación única e irrepetible?

-Sí, porque el amor es pura química.

Dígame Maju, ¿en qué terreno de su vida se descubre virginal?

-En el afectivo.

¿Por qué?

-Porque soy muy confiada.

Y en otros órdenes de la vida, ¿es desconfiada?

-En general, no. Con los años aprendí a ser más confiada de las cosas que me suceden.

Cuando deposita la confianza en alguien y la defrauda, ¿qué actitud toma?

-Antes era mucho más negadora. Ahora, soy inflexible con eso.

Con el tiempo, ¿en qué dejó de creer?

-En que todo el mundo es buena gente. De cualquier manera, lucho contra esa idea.

¿Sigue apostando a la gente?

-Sí, porque mantengo viva la ilusión de que la gente puede mejorar. En general, tiendo a creer que la gente no hace las cosas mal adrede.

¿Usted piensa que las generaciones venideras serán mejores?

-Quizás. Seguramente, serán distintas. Creo que hemos avanzado en cuanto al contacto afectivo. De hecho, mi madre hoy puede besar sin pudor a mi hijo y los hombres pueden besarse entre sí al saludarse sin que eso ponga en juego su masculinidad. Pienso que con respecto al afecto hemos ganado terreno pero, por el otro lado, ha crecido el egoísmo entre nosotros. A la vez, nos hemos tornado más materialistas.

Los seres humanos, ¿somos todos iguales?

-Sin duda, pero el problema es que no nos damos cuenta. Tendemos a creer que siempre somos mejores que los demás. Pienso que si cada uno dejáramos de mirarnos el ombligo, al menos, una hora por día, la cosa funcionaría un poco mejor. Está en nosotros la responsabilidad de llevar adelante esa tarea. Por otro lado, los que somos padres debemos darles las herramientas a nuestros hijos para que el ego no les ocupe las veinticuatro horas de su día.

¿Qué diría del tiempo que estamos transitando?

-Atravesamos una etapa para nada sencilla, llena de transformaciones positivas y negativas. Pienso que si no advertimos que estamos en medio de un gran lío vamos a terminar mal. Debemos responsabilizarnos de lo que nos está ocurriendo y tener en claro que el poder mal entendido le está haciendo mucho daño al mundo.

¿Tiene fe en que esto pueda cambiar?

-Sí, porque soy una persona de fe y creo que el tiempo se encarga de poner las cosas en su sitio. i

¿Quién no tiene hijos no conoce al verdadero amor?

-No, porque nadie puede medir la dimensión del amor del otro. Muchas mujeres no quieren ser madres y no por eso su vida es una mierda.

¿Cómo es su relación con el dinero?

-Complicada. Manejo mi propia guita y choco todos los principios de mes. Cuando tengo, compro. Gasto demasiado en artículos de limpieza.

¿Se haría una cirugía estética?

-Estoy con las cirugías reparadoras o vinculadas con la salud, pero no comparto las que tienen que ver con no asumir el paso del tiempo.

¿Qué actitud toma cuando advierte que pierde el tiempo?

-Aguanto hasta que me armo de coraje y me voy. Me da mucha bronca el boludeo en cualquier aspecto de la vida.

 

"Me rompI el alma para conseguir lo que tengo"

Maju Lozano tiene muy incorporada la tarea profesional que realiza a su vida. Asegura que no podría vivir sin trabajar. "Para mí, el trabajo dignifica. Me hace sentir útil. Pienso que la inutilidad es una de las peores cosas que le pueden suceder a una persona".

Admite que el camino que la llevó hasta el lugar que hoy ostenta en el medio ha sido muy duro. "Yo voy haciendo camino al andar. El lugar que ocupo en el medio fue en base a trabajo. Me rompí el alma para conseguir lo que tengo, pero para mí levantarme todos los días y venir a la radio es un placer. Es lo que siempre soñé".

Lozano no tiene muy en claro si el medio, termina enfermando: "Creo que el medio es como un medicamento que potencia tu alegría y tu tristeza. Eso se da más en la tele. El periodismo gráfico y radial están menos contaminados en este aspecto".

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