"Es un delito, de sedición y tiene que ser severamente condenada. No se puede admitir medias tintas", consideró el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al ser consultado sobre el acuartelamiento de policías en la ciudad santacruceña de Caleta Olivia.
En declaraciones formuladas en la Casa de Gobierno, el funcionario afirmó que las rebeliones policiales de diciembre de 2013 fueron parte de "una estrategia golpista, de golpe institucional, de afrenta a las instituciones de la república y la democracia".
"Esto requiere repudio y condena. Quien porta un arma debe ser salvaguardar la seguridad pública", señaló Capitanich, quien precisó que en Caleta Olivia se rebelan 260 uniformados "sobre el total de casi cinco mil" que tiene la fuerza de seguridad provincial.
El jefe de ministros afirmó que acciones de ese tipo requieren de una "acción tanto preventiva como correctiva de los gobiernos provinciales".
También señaló que hay sectores que tienen una "tendencia a construir apología del delito sistemático" cuando se afirma que "en diciembre va a ocurrir tal cosa", en referencia a posibles hechos de violencia.
comentar