El país vecino devaluó su moneda y le sumó presión a muchos sectores de la economía nacional que dependen de su demanda
Brasil devaluó el real a un mínimo en diez años y le sumó presión a muchos sectores de la economía argentina que dependen fuertemente de su demanda. No habrá recetas mágicas aquí para el rebote de la economía más que nuevas inversiones, aumento de la productividad y fortalecimiento de mercados de colocación de mercancías como Rusia, China, Estados Unidos y la Unión Europea.

La Argentina exporta a unos 193 mercados en el mundo: en 2013, envió productos por 76.632 millones de dólares, de los cuales 16.216 millones fueron a Brasil; 5.510 a China; 4.214 a Estados Unidos; 3.908 a Chile; y 2.156 a Venezuela.

De todos los mercados, 168 no importan más de 1.000 millones de dólares en productos argentinos, con cifras de entre los 962 millones de Malasia y los magros 4.349 dólares de Samoa, según datos oficiales definitivos de 2013. Esos números dan cuenta del potencial existente en mercados como la India, que ocupa el puesto 24 del ránking, y Rusia, ubicada en el escalón 30: entre ambos, completan 1.388 millones de consumidores. Y también los datos evidencian la importancia de Brasil para la actual economía de la Argentina, con sectores como el automotriz que de cada 100 unidades exportadas, 87 exporta al gigante sudamericano.

Datos de Cepal indican que Brasil cerrará este año con un 0,4% de crecimiento, lo que está por debajo del 1,4% previsto inicialmente, y seguirá en leve expansión en 2015 debido a que las inversiones que recibió en los últimos años rendirán sus frutos. Ahora, tras la reciente reelección, el gobierno de Dilma Rousseff hizo un leve giro hacia la ortodoxia y comenzó a amigarse con el sector financiero propiciando la devaluación más acentuada desde 2004, hasta los 2,61 reales por dólar. Rousseff anunció en tanto que intensificará su lucha contra la inflación y realizará un fuerte recorte en el gasto público, que podría alcanzar varios miles de millones de dólares el próximo año, lo que tendrá un fuerte impacto en el consumo interno. El ministro de Economía, Axel Kicillof, participaba este sábado y domingo de la Cumbre del G20 y espera ver qué señales arrojan los principales socios comerciales del país en torno al comercio. Al arribar a la ciudad australiana de Brisbane, el propio Kicillof dijo que las veinte mayores economías del mundo se apuraron en sacar de circulación las políticas de estímulo monetario al comercio y al consumo, y en su exposición pedirá reverlo. Además de la devaluación, preocupa al Gobierno argentino la posibilidad de que la gestión de Rousseff incremente sus políticas proteccionistas ante el fuerte lobby de la poderosa Federación de industrias de San Pablo. Por ahora el comercio entre la Argentina y Brasil continúa sin mostrar señales de mejoría: hasta octubre, acumula una contracción del 22,1 por ciento respecto del mismo período del año pasado.

La contracción está explicada por una fuerte caída en las exportaciones argentinas a Brasil, pero también por una baja de las importaciones provocada por los controles y el contexto recesivo local.

Es que así como Brasil impulsó a la Argentina con su fuerte crecimiento hasta la llegada de la crisis mundial a Sudamérica en 2009, y ahora afecta el potencial despegue del país con su lenta marcha.

Fuente: NA

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