Tito pasó por las inferiores de Quilmes, Independiente y el Mate, pero nunca llegó a debutar en Primera. Hoy, debido a una lesión, no puede moverse como defensor, sino que es DT de Deportivo Quilmes.
Cuando era un adolescente, Ramón González asomó por las inferiores de Quilmes, Independiente y Argentino de Quilmes, aunque aquel firme defensor nunca llegó a dar el salto hacia la máxima categoría. Hoy, por una lesión, se encarga de dirigir a Deportivo Quilmes, conjunto que milita en la categoría de Superveteranos del Torneo Don Bosco.

Tito, como lo llaman todos en el equipo, reflejó a su manera el motivo por el que todos siguen jugando a pesar de la edad: "El fútbol es algo sanguíneo. Vos podés desentenderte, pero escuchás una pelota picando y es como que la sangre vuelve a circular diferente. Es una pasión".

Sobre su actual rol de técnico, aseguró que "el hecho de no jugar me lleva a palpitar con ellos desde el armado y es como si estuvieras jugando". Aunque admitió que "se sufre horrores y más un tipo temperamental como yo".

De todos modos, dejó en claro que sus compañeros, a los que hoy encabeza, lo respetan y escuchan. "Te dan bola porque ven que lo que les decís en la cancha da resultados. Por la edad y los años, más algún conocimiento que tenés", destacó.

Por otro lado, el defensor explicó por qué tuvo que dejar la cueva: "Voy a cumplir 68 años y hasta hace cuatro meses jugaba al fútbol. Ahora no puedo porque tengo una operación de columna, pero hace mucho participo acá. Soy una de las anécdotas, no mías, sino de los contrarios, por las patadas, je".

Y al autodefinirse, precisó: "Sé que soy un jugador duro, pero leal. Nunca le pegué a nadie arteramente. A lo sumo, fuimos a trabar con fuerza y sin miedo. Quizás por eso habré raspado, pero no lastimé nunca a nadie adrede".

En cuanto al ambiente del campeonato, no dudó en expresar que "siempre la mejor parte es el tercer tiempo. Es más, nos tuvimos que cambiar de zona para tener una cancha con un buffet mejor y poder quedarnos más cómodos. Además nos conocemos entre todos y te saluda gente de otros equipos".

Juvenil

En sus inicios, González despuntó en Quilmes, Argentino de Quilmes e Independiente. Al hablar de aquellos pasos, señaló que hubo algunas cuestiones por las que no alcanzó lo más alto. "Lo más lejos que llegué fue a la Tercera del Mate y después dejé porque en mi casa preferían que estudiara en el colegio industrial a que me rateara día por medio para ir a las prácticas", confesó.

Con respecto a los compañeros que tuvo, destacó a uno por encima de todos: "De los que yo jugué, el único que llegó fue Ricardo Quaini, que estuvo en Quilmes y Tigre. También tuve técnicos que me enseñaron mucho".

Por otra parte, contó que, ya lejos del profesionalismo, le tocó compartir cancha con estrellas. "He jugado con tipos que yo miraba en la figurita. Por ejemplo, Amadeo Carrizo y Juan José Pizzuti, que lo veía desde el alambre. Todo entre veteranos de clubes profesionales", concluyó el veterano.