Tal es el caso de Gladys Alfonzo, madre de una adolescente de 15 años, que tiene movilidad reducida. En diálogo con El Quilmeño, la mujer manifestó "estoy absolutamente cansada de los anegamientos y de sus tremendas consecuencias".
Alfonzo, quien vive en Eva Perón, entre 802 y 803, denunció que "el problema de las inundaciones es de toda la vida, aunque la situación se agrava porque las lluvias son más frecuentes que antes".
"El agua no perdona"Además, indicó que "el agua no perdona nada, complica la situación de mi familia, sobre todo la de mi hija, quien padece una discapacidad motriz".
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Ella tiene 15 años y anda en silla de ruedas, cuando llueve no la podemos trasladar ni siquiera al médico para que la trate. Encima, las ambulancias no pueden entrar", explicó.
Y agregó que "tampoco la podemos trasladar a la escuela. Con las precipitaciones ha perdido muchos días de clases".
Las lluvias y el consecuente desborde de los arroyos "provoca que el agua alcance más de 40 centímetros de altura e ingrese a las viviendas".
Posteriormente, cuando bajan las aguas, Gladys Alfonzo se topa con un panorama desolador. "En el momento que todo vuelve a la normalidad
, me encuentro con que mi casa está llena de barro podrido y de desechos", describió.
En este sentido,confirmó que para colmo "queda un olor nauseabundo que hace doler mucho la cabeza".
Ambos factores, hacen que la vecina tenga miedo de que "mi hija sufra más complicaciones debido a la alta contaminación a la que se encuentra expuesta".
"Tengo que comprar botellas de lavandina y desodorante para hacer una limpieza profunda dentro de mi casa", detalló.
También, indicó que "
en la zona viven muchas personas discapacitadas y mayores de edad, que les complica desarrollar su vida. Es difícil estar en la cuenca de los arroyos San Francisco y Las Piedras".
FOTO: El patio de la casa de Gladys se llena de agua cada vez que llueve