Las víctimas fueron interceptadas mientras entraban a su hogar. Un auto en contramano los encandiló. Los ladrones frenaron el vehículo, se bajaron rápido, agarraron al nene y metieron a la mujer en la casa. Ahí, "muy tranquilos", les pidieron plata y se llevaron todo: televisores y otros electrodomésticos.
Al chico se lo llevaron a la planta alta. Y a ella la sentaron en un sillón, en el living. Como el nene lloraba, le pidieron que lo callara. Como no lo hacía, lo bajaron y les pusieron armas en la cabeza a los dos. "Yo sólo quería que se vayan. Tomé todas las precauciones, pero quería que se vayan, nada más", dijo la victima.
Una vez que se llevaron lo que buscaban, los delincuentes —que eran "todos chicos jóvenes"— se fueron en dos autos.
La señora se mudó al barrio hace pocos meses: "Los vecinos me dijeron que se vive mucha inseguridad", analizó.
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