Con el apoyo fundamental de su familia (“sólo nosotros sabemos lo que nos costó poder correr”), González Ferioli, el cordobés de 19 años, vivió momentos duros pero logró sobreponerse para alcanzar un resultado que no olvidará

El traje de corredor embarrado como su cuatriciclo; y lo más importante, sus ojos brillantes y la sonrisa radiante. Así vivió su paso por la rampa final en Tecnópolis el argentino Jeremías González Ferioli, la gran revelación con su 2º puesto en cuatriciclos en el Dakar 2015, convertido a esta altura en fresco recuerdo.

Cordobés, 19 años, aunque sin grandes demostraciones irradió felicidad, al cerrar su 2º participación luego del 6º lugar en 2014.

"Hicimos un gran esfuerzo con mi familia para correr este Dakar; sólo nosotros sabemos lo que nos costó, y yo estuve todo 2014 preparándome en lo físico y mental, para poder afrontar los obstáculos que presenta esta carrera, como me pasó durante 4 días. En la última parte me tranquilicé, a (Rafal) Sonik en condiciones normales no podía alcanzarlo, se merecía ser el ganador", contó Jeremías a DIARIO POPULAR, el argentino mejor clasificado entre todas las categorías y convertido en record.

Su historia puede emparentarse con tantos que intentan la aventura del Dakar, de aquí y allá. Atraídos por el desafío casi inigualable, exprimen ideas para hacer viable y sustentable la participación verdaderamente costosa desde la inscripción hasta la preparación del medio mecánico y el fundamental apoyo logístico.

-Atravesaste como tantos por momentos duros.

-No la pasé bien, algunos días estuve amargado, con tristeza, pero bueno, la cuestión mental sabía que era clave, y pude recomponerme. Me ayudó que con mi cuatri Yamaha y con el equipo, no tuve problemas.

-Fue tu segundo Dakar, ¿cuál es realmente el atractivo más fuerte que te despierta para correrlo?

-Es como que te lleva al límite en muchas cosas, como por ejemplo, cuando corrimos por el Salar de Uyuni en Bolivia, fue muy complicado, mi equipo cambio muchas "fichas" y además puso silicona para evitar que se mojaran varias partes del cuatri con el agua o se vieran dañadas por el salitre. Alguna vez, ante lo que me tocaba vivir uno pudo pensar "me quiero volver a casa", sin embargo saqué fuerzas para seguir adelante. El Dakar de por sí es un desafío tremendo, no hay otra carrera así, donde los límites entre la exigencia deportiva, física y mental y el riesgo de muerte son muy finito. Este año fue más que 2014, y eso los organizadores deberán tenerlo en cuenta para las próximas ediciones.

Incredulidad, sorpresa, satisfacción, bien pudo sentir Jeremías en Tecnópolis cuando a su paso y hasta antes del parque cerrado, fue aplaudido y asediado por mucha gente que buscaba una foto, un autógrafo o sólo trasladarse un simple "gracias".

La ausencia de Marcos y Alejandro Patronelli pudo reflejarse en la gente y en la pelea entre los cuatriciclos. De ahí que el consistente avance de González Ferioli hizo que se lo siguiera con más atención.

-¿Podrías ser el sucesor de los Patronelli?

-No, pero me gustaría correr contra ellos, su presencia elevaría el nivel de la categoría y el mío también. Esperemos que puedan correrlo el año que viene.

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