“Mi madre entró sana a una operación programada y tras cuatro días de complicaciones, falleció y las pocas explicaciones que nos dieron es que pudo haber habido un error”, sostuvo Héctor Luis Páez, quien pide justicia.

Cuando se hace mención a la lentitud de la Justicia, puede tratarse de un concepto abstracto, pero al adentrarse en cada situación, de los que devienen los reclamos puntuales, se transforma en algo concreto. Un caso de mala praxis, denunciado por familiares de una mujer, ocurrido a mediados de julio de 2014, tiene el expediente virtualmente paralizado, debido a que los investigadores todavía no recibieron el informe de la autopsia. Más de siete meses han pasado para que los médicos forenses aporten su evaluación y puede avanzarse en la resolución del hecho, en el que deberían estar imputados, tanto un ginecólogo, como el sanatorio privado en la que operaron a la paciente.

Palmira Noemí Medrano, de 68 años, fue intervenida quirúrgicamente en la clínica Ledesma de la ciudad jujeña de Libertador General San Martín, debido a un diagnóstico preventivo que apuntaba a la necesidad de una extracción del útero, ante la posibilidad de reproducir células cancerígenas en el futuro. "Mi madre entró sana, a una operación programada y tras cuatro días de complicaciones, falleció y las pocas explicaciones que nos dieron es que pudo haber habido un error", sostuvo Héctor Luis Páez, uno de los hijos de la mujer, en diálogo con DIARIO POPULAR.

"Era una operación programada, sin mayores riesgos, un histerectomía. Según el médico, durante la cirugía, hubo una complicación que provocó una hemorragia y por lo tanto, necesitó una transfusión de sangre. Al día siguiente, estando en terapia intensiva, al verla notamos que estaba toda hinchada, el rostro, las piernas, los brazos y ya por la noche, observamos que orinaba con sangre. Por eso, el médico nos dijo que necesitaba ser sometida a diálisis" contó el joven, de profesión enfermero, quien viajó a Buenos Aires para que se difunda su denuncia por la presunta mala praxis, ante el "silencio" sobre el tema que existe en la provincia de Jujuy.

Si bien Palmira Medrano era jubilada y era atendida en esa clínica por PAMI, para acceder al tratamiento de diálisis sus familiares tuvieron que afrontar el pago de 1.300 pesos, debido a que "nos dijeron que la obra social eso no lo cubría". "Por mis conocimientos y ante ciertas situaciones que veníamos observando, estaba claro que algo nos estaban encubriendo y mi madre iba empeorando. Después la tuvieron que entubar por deficiencias respiratorias y al cuarto día, sufrió un paro cardíaco, que no pudo superar", preciso Páez.

Para la familia resulta casi incomprensible que "luego de un Papanicolau, en el que se presume se detectó una lesión y se programa una cirugía preventiva, sin que surjan problemas cardíacos o renales, una vez que falleció, nos digan que tenía cáncer de útero. Si así fuera, algo que no podemos aceptar, porque no le hicieron una biopsia. Acá, lo único claro es que mi madre entró al quirófano en un buen estado de salud en general y a los cuatro días, nos la devolvieron muerta".

A las pocas horas del deceso de la mujer, quien residía en el barrio 18 de Noviembre de Libertador General San Martín, su esposo e hijos radicaron la denuncia contra la clínica Ledesma y el médico ginecólogo Juan Carlos Nuñez en la seccional 11ma. de la Policía local y el expediente recayó en la Fiscalía de Investigaciones Nro. 9 de San Pedro de Jujuy. Desde el 21 de julio cuando empezó a tramitarse la causa hasta la actualidad, "no hemos tenidos una respuesta concreta, después de siete meses y exigimos que se aceleren los tiempos de la Justicia. Queremos saber porqué y como murió Palmira Medrano", insistieron.

"Todavía estamos esperando el informe de la autopsia, que está a cargo del forense Domingo Burgos. Y frente a la inacción de la fiscalía, sólo nos resta sospechar que no quieren hacer nada, que pretenden tapar todo. Cuando hicimos una marcha frente a la clínica, al cumplirse cuatro meses, nos intimidaron y se encargaron de que la silenciaran, impidiendo que los medios de comunicación la difundan. Por eso, junto a mi hermana María que vive en Buenos Aires, decidimos que todo el país puede conocer las cosas que pasan en una clínica privada de San Martín, en Jujuy", concluyó Héctor Páez.

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