San Lorenzo volvió a exhibir las mismas falencias que no consigue corregir y que le siguen costando puntos valiosos tanto en el torneo local como en la Libertadores: la ineficacia en la definición y los errores defensivos.

San Lorenzo está teniendo un arranque de temporada muy irregular. Comenzó perdiendo los dos partidos ante River por la Recopa Sudamericana, después experimentó una leve mejoría que lo llevó a ganar tres partidos consecutivos ante Colón, Danubio y Defensa y Justicia pero a continuación volvió a la derrota ante San Martín de San Juan y Corinthians. Todo eso en un mes de competición, nada más, en el cual el equipo del Patón Bauza repitió defectos defensivos y está exhibiendo una creciente falta de definición.

El miércoles, nuevamente por esas dos razones, San Lorenzo dejó escapar en el Nuevo Gasómetro la posibilidad de sumar tres puntos que le hubieran servido para aportar a su clasificación a los Octavos de Final de la Copa Libertadores objetivo que al perder ante el Timao dejó en duda. En principal medida por culpa de su reiterada ineficacia en los momentos de convertir en goles las opciones de gol de las que dispuso a lo largo del partido (no menos de cinco) y porque en un mal escalonamiento defensivo le permitió a los brasileños sacar provecho de una salida de contra con un pelotazo anunciado del arquero.

Antes y después de ese gol del volante Elías, a los 20 minutos del segundo tiempo, San Lorenzo sumó los merecimientos suficientes como para quedarse no solo con el empate sino que también con la victoria. Pero en el fútbol los puntos no se ganan por acumulación de méritos, sino por meter más goles que el rival y en esa asignatura el equipo azulgrana volvió a quedar aplazado.

Esta vez, las chances más claras del Ciclón fueron un cabezazo de Sebastián Blanco desde el área chica que sin marca salió desviado, una pelota que Mauro Matos hizo rebotar en el palo izquierdo desde abajo del arco, una volea que Cassio le sacó por arriba del travesaño a Martín Cauteruccio, otro cabezazo del mismo Matos que salió apenitas ancha por el segundo palo y un remate de Matías Caruzzo que le salió alto entrando libre de frente al arco.

Estos ejemplos marcan que la ruptura de relaciones de San Lorenzo con el gol ya parece un castigo demasiado riguroso que esta vez le privó de una victoria que era fundamental para pelear justamente con Corinthians el liderazgo del Grupo 2. Ahora, parece que San Pablo y San Lorenzo dirimirán directamente en los próximos dos partidos entre ellos al acompañante a Octavos como segundo del Timao. La misión no parece fácil, pero San Lorenzo sabe de milagros y si entre el DT y los jugadores logran enderezar el rumbo podrá escribir uno más en su historia. De ellos depende.


      Embed