Quien mucho abarca, poco aprieta y el exceso de figuras y ciclos boxísticos de ayer, se están convirtiendo lentamente en la escasez y la pobreza de hoy, en un proceso que pinta casi irreversible. Asumirlo, juntar pedazos y unirse debiera ser la única salida.

La semana pasada sucedió algo extraño: en todo el finde hubo una sola programación boxística profesional televisada, y fue el viernes por la TV Pública, donde se reeditó una pelea del año pasado, entre Martín y Cristian Ríos, en la que este último retuvo el cetro nacional mediano por KOT 3.

Fue el día menos tradicional, por la pantalla menos convencional. El sábado siguiente TyC Sports televisó a Los Cóndores desde San Luis, que reemplazaron a la velada profesional de ese día, cuando muchas otras veces la hubo igual y se hizo dúplex, o ensamblaron las transmisiones. Fue un claro mensaje de reducción de gastos.

Cierto es que tampoco había nada seductor para ofrecer. Eso quedó en claro con el ejemplo del propio viernes, que TyC dejó huérfano y en la TVP no encontraron nada mejor que repetir una pelea de hace 6 meses que ni siquiera justificaba revancha.

¿Significa que Los Cóndores –el equipo nacional de boxeo semiprofesional- están sustituyendo en el interés al boxeo profesional tradicional?

Ni ahí. Este finde fue al revés. La pelea de Tucumán entre dos moscas –aunque de buen nivel-, como el "Incho" Roberto Sosa y Carlos "Bad Boy" Ruíz, desplazó a Los Cóndores, que peleaban en Miami contra USA Knock Outs –perdieron 5 a 0-, a punto tal que ni la televisaron en diferido por primera vez en lo que va de la Serie WSB de la AIBA, la 3ª temporada en la que Argentina participa.

El dato no es menor. Varias fueron las veces en las que se superpusieron festivales domésticos o internacionales con las peleas de Los Cóndores, y sin embargo se transmitieron igual. Por primera vez ahora no se hace. ¿Cuál es la verdadera razón?

Nadie lo reconocerá oficialmente, pero eso no impide hacer especulaciones que ayuden a "leer" mejor el panorama del boxeo argentino actual.

Apoyo comercial nunca hubo demasiado para el boxeo profesional, salvo a nivel político, y no por el apoyo al boxeo en sí, sino por conveniencias propias de tener una pantalla barata para el autobombo.

Mucho menos lo hubo para el amateur -o semiprofesional, como ahora-, donde pelean desconocidos. Y muchísimo menos aún si pierden siempre como sucede con Los Cóndores, que marchan últimos con apenas 1 punto en el grupo B de la WSB de la AIBA.

La prueba está que para vestir al equipo nacional se tuvo que apelar a una empresa extranjera como ADX, marca mexicana, quien por buenas relaciones, a cambio de la publicidad vistió a todo el equipo. Ninguna otra marca nacional fue capaz de eso. Increíble.

Es más; para traer toda la indumentaria al país, más la lona con la estática de ADX, hubo que mover cielo y tierra, porque por las leyes aduaneras no se podía, o había que pagar un arancel más caro que confeccionar la ropa.

Así estamos, y ése es el apoyo deportivo que tiene el boxeo de base cuando se lo necesita, muy diferente al de Maravilla y Maidana, que tienen sponsors a patadas que aparecen en nombre del "boxeo".

Pero retomando el tema de Los Cóndores, el objetivo del presidente en receso de la FAB, Osvaldo Bisbal, no es ganar el torneo. Ni siquiera clasificar a los play off, sino buscar completar y/o reforzar las categorías que faltan para afrontar con chances la clasificación de la mayor cantidad de púgiles posibles para Río 2016, mientras se van fogueando los de más abajo, los menos experimentados.

No hace falta ser un profeta para saber que sólo con competencia interna no podrían crecer respecto del nivel internacional.

Esto sin embargo no sólo es criticado por la mayoría de la prensa, sino que tampoco es apoyado debidamente a nivel empresa, y lo que se hace desde los organismos nacionales alcanza para poco.

Pero si hoy en día los púgiles argentinos pierden con todos, ¿cuál es la opción? ¿Seguir estancados mientras los demás crecen? ¿Esperar a debutar ante ellos en las competencias fuertes para que nos maten a trompadas? ¿Cuál sería el camino?

Aunque queramos engañarnos, he aquí el verdadero nivel del boxeo argentino con relación al mundo y no los Narvaes, Revecos, Maidanas y Maravillas. Esos pasarán pronto y lo que quedará es esto que viene, más los fondistas que quedaron navegando a dos aguas y soplan débil.

Es lo que hay ahora: migajas del gran festín, sin retroalimentación del amateurismo, hoy abocado a las competencias de AIBA, que es lo que se viene, con los cambios de sistema y de estructura a cuestas, nos guste o no. O lo entendemos o nos morimos-


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