Enseñar a los niños pequeños el valor del respeto y cómo realizarlo, no es tarea fácil. Es parte del proceso de crianza, que sin dudas llevará su tiempo, pero que será muy importante para su formación como adulto. Dar señales claras y que éstas queden reflejadas en lo cotidiano, es el primer paso para que todo se dé en el marco de la buena disposición y del entendimiento.

Para los niños de tres o cuatro años, comunicarse con respeto es difícil, ya que sus habilidades lingüísticas aún están desarrollándose. Tal vez, todavía no puedan decir "estoy muy entretenido, cuando termine este juego, me iré a dormir", y en lugar de eso grite "No quiero".

De todos modos, es un buen momento para empezar, teniendo en cuenta sus posibilidades, y sin olvidar que es un proceso y como tal llevará su tiempo. De hecho, a partir de estas circunstancias dentro de esta instancia, se podrán prever problemas que a futuro podrían generar consecuencias inmanejables, perjudiciales para el vínculo.

Enseñar con el ejemplo:

Muchas de las actitudes y comportamientos que tienen los niños de hoy, y que muchos adultos se quejan, tienen que ver con la imitación. En este caso, es fundamental que los adultos que los rodean también se manejen con respeto hacia los demás. El "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago", constituye el primer reflejo que reclama.

Así, ellos lo sentirán como la manera natural de comunicarse. Por otra parte, los adultos debemos respetarlos a ellos, cuando un niño se siente respetado, entiende la importancia del respeto, y podrá también respetar a los demás.

¿Cómo podemos pretender que un niño de las gracias, si nunca nos ve hacerlos a nosotros?

eAdmitir nuestros errores y pedir disculpas, es un gran ejemplo para que ellos puedan también hacerlo.

eHacerles ver que hicieron algo mal, no implica avergonzarlos, insultarlos a burlarse de ellos. No solemos dar a nuestros hijos el respeto que exigimos de ellos.

ePedirles con un "por favor" cuando queremos que hagan algo, y devolverles un "gracias" cuando lo realizan.

eCumplir lo que les prometemos.

eEscucharlos con paciencia e interés. Es la mejor manera de enseñarles a escuchar a los demás.

eLa paciencia es también un signo de respeto. A algunos niños puede llevarles más tiempo aprender a comportarse de forma respetuosa que a otros.

eResponder con educación, diciendo siempre "por favor" y "gracias", a los niños y a otras personas.

eEnseñarles a respetarse a sí mismos.

Mostrar disciplina

Una de las maneras más eficaces de demostrar respeto es ser amable y firme a la hora de mostrar disciplina en la crianza. Ser amable demuestra respeto por tu hijo y ser firme demuestra respeto por lo que hay que hacer.

Los padres lo sabemos, a veces, la mejor manera de manejar un comportamiento irrespetuoso es comentarlo cuando padres e hijos, se hayan calmado. Incluso es importante reconocer y validar su sentimiento, y reforzar nuestro punto de vista: "Sé que estabas muy enojada, ¿cuál sería una manera más respetuosa de hacérmelo saber?".

Elogiar el comportamiento respetuoso, es reforzar las actitudes de buena educación: "Gracias por decir por favor". Así entenderán que sus esfuerzos valen la pena.

Situaciones cotidianas

eEnseñar a compartir los juguetes. Compartir de manera armoniosa los juguetes es un signo de respeto.

eUsar un temporizador para que avise cuando es el turno de otro niño para jugar con un juguete en particular.

eEnseñarles a esperar su turno, para ello los juegos de mesa con varios participantes son ideales.

eEstablecer una rutina de guardado de juguetes, por ejemplo antes de ir a la cama. Mantenerlo todos los días para instaurar la necesidad de un orden de forma regular y respeto por el entorno de toda la familia.

Con todos elementos, la idea de establecer buenos vínculos pasará de ilusión, a realidad.

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