Suben videos con monólogos sobre la vida cotidiana o grabaciones humorísticas. Ganan millones de dólares al mantener activo su perfil en la red social. Este fin de semana, miles de chicos se convocan en La Rural.

El consumo masivo de Internet a través de celulares, tabletas y computadoras explica el fenómeno de los "youtubers", estos adolescentes que se hicieron famosos por contar con millones de seguidores que ven los videos que suben a sus canales de YouTube.

Los contenidos van desde monólogos en los que cuentan anécdotas de la vida cotidiana o grabaciones humorísticas.

Este fin de semana, miles de chicos se convocan en La Rural, de Palermo, para observar a los exponentes de esta movida, como los españoles "Rubius" y Mangel" o el chileno Germán Garmendia.

Se hicieron famosos al desarrollar un espacio en la red social en el que suben grabaciones en cualquier lugar de su casa con distintos ángulos de cámara y hablando de cosas que les pasaron o sobre situaciones cotidianas.

Tal es el caso de Rubius que comenzó contando secretos y trucos para publicar videos populares de Internet.  Al tener tanta repercusión, empezó a contar cosas de su vida.  Uno de los videos más famosos es '50 cosas sobre mí', donde cuenta 50 hechos que le ocurrieron, como ser detenido por la Policía.

Nacido el 13 de febrero de 1990 en Málaga, el muchacho cuenta con más de 10 millones de suscriptores en YouTube.

Actividad millonaria

La masividad les trae aparejado un beneficio económico: ganan millones de dólares al mantener activo su perfil de la red social. Es que perciben parte de las ganancias que dejan las publicidades on line.

A mayor número de seguidores, aumenta lo recaudado. El mismo Mangel reconoció que vive de ser 'youtuber'.

Otro famoso exponente de este fenómeno es el adolescente chileno que creó el canal "HolaSoyGerman", donde cuelga videos humorísticos de unos cinco minutos de extensión.

La trascendencia

Para el psicólogo Miguel Espeche estamos en presencia "de un fenómeno muy particular caracterizado por el medio que utilizan para la divulgación de sus tareas, como lo es Internet. Incluso el cantante Justin Bieber comenzó en YouTube a entonar melodías para luego ser captado por algún productor y trascender a los medios de difusión clásicos".

En este sentido, el especialista no ve muy distinta la explosión de los youtubers a otras tendencias o hechos culturales que en el paso captaron la atención de los adolescentes.

"No es tan distinto a lo ocurrido con los ídolos de adolescentes que dio la música en las últimas décadas. Lo que pasa es que ahora la trascendencia es por el boca a boca y las redes cibernéticas lo que lo hace más rápido", explica el profesional.

Asimismo considera que muchos de los seguidores son preadolescentes, de entre 11 y 15 años, y que la masividad se produce también gracias al fácil acceso del portal YouTube.

"Es una cultura lateral que sorprende en cierta forma, ya que mientras los padres ven televisión, los chicos por la computadora consumen estos contenidos que tampoco tienen el control de los mayores", apunta.

La identificación

Espeche describe los videos de los famosos adolescentes como contenidos en los que abundan "relatos, chistes, entre otras manifestaciones. Pero también a los chicos les permite identificarse entre ellos mismos y aspirar a ser como ellos. Es igual que alguien que empezaba a practicar con una guitarra y pensaba en convertirse en un Beatle. Teóricamente cualquiera puede ser famoso merced a un combo medio misterioso entre talento y suerte".

Los youtubers también incorporan un lenguaje particular a sus producciones. "Agregan otros elementos expresivos y generan un léxico particular con modismos que los identifican y logran hacerse entender entre sí. El hecho de seguir a alguien involucra el poder tener amistades y círculos de pertenencia. Es un rasgo muy importante para el desarrollo de cualquier adolescente", concluye Espeche


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