En su día, miles de creyentes se dieron cita para pedir y agradecerle al patrono de “las causas justas y urgentes”. Muchos de ellos pasaron la noche en la calle hasta que se produjo la apertura de la parroquia.

Miles de fieles visitaron ayer el santuario en honor de San Expedito, en la parroquia Nuestra Señora de Balvanera, en la ciudad de Buenos Aires, para pedir y agradecerle al patrono de las causas "justas y urgentes", en el marco de una fiesta de devoción popular por el día del Santo. Bajo el lema "Con María y San Expedito, pedimos por lo que nos aflige y nos desvela", los fieles rindieron culto al Santo en el templo ubicado en la calle Bartolomé Mitre 2411, en el barrio porteño de Balvanera.

"Es una devoción, porque todo lo que le pedí me lo concedió y vengo a agradecer", dijo una mujer frente al templo mientras que en la misma línea, se manifestó otra devota, quien expresó su gratitud y agradecimiento al santo. "Vengo todos los años a agradecerle a San Expedito. Espero que podamos estar todos mejor", indicó.

Gran cantidad de fieles pasaron la noche en la calle hasta el inicio de la fiesta religiosa a la hora cero cuando se produjo la apertura de la Parroquia a cargo del obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la zona Centro, monseñor José María Baliña. El templo permaneció abierto toda la noche y de 1.00 a 6.00 estuvo expuesto el Santo, para su adoración. A las 6.00 se celebró una misa por la paz y la justicia, a las 7.30 una por el trabajo y a las 9.00 otra por la vida, según informó la agencia informativa católica AICA. La eucaristía de las 10.30 tuvo como intención la salud de los enfermos y fue presidida por el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Torres Carbonell.

Con miles de fieles en los alrededores y frente a la parroquia, la misa central por el patrono de las causas justas y urgentes tuvo lugar al mediodía y fue presidida por el obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza.

Antes de convertirse al cristianismo, Expedito fue comandante de una legión de soldados romanos, durante el imperio de Diocleciano, emperador que años más tarde lo mandó a asesinar. El Patrono de las causas urgentes vivió a principios del siglo IV. Según cuenta su historia, al momento de su conversión al cristianismo, un cuervo (símbolo del Mal) intentó cambiar su decisión.

El ave gritaba "cras" 'cras" (que en latín significa mañana), a lo que San Expedito respondió "hodie" 'hodie" (hoy) y el pie del guerrero romano aplastó al pajarraco.

Por eso se considera a San Expedito el santo de las causas urgentes, aunque también es famoso por ser protector de los jóvenes, socorro de los estudiantes y de los enfermos, mediador en los procesos y juicios, en los problemas de familia, laborales y de negocios.

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