Las sufren entre un 10 y un 40% de la población mundial y afectan múltiples cuestiones, sumado a los costos que no sólo influyen en el paciente y su entorno, sino también en la sociedad. La rinitis, que puede derivar en asma, es la más frecuente.

Las enfermedades alérgicas afectan múltiples cuestiones entre las que se encuentran lo físico, lo psicológico, la calidad de vida (se pierde productividad laboral y se ve alterado el aprendizaje de los niños) y las interacciones sociales, sumadas al impacto económico directo e indirecto, costos médicos y no médicos, que impactan no solamente en el paciente y la familia, sino también en la sociedad".

Así lo indicó Débora Seigelshifer, presidente de la Asociación Argentina de Alergia en Inmunología Clínica (AAAeIC), en el marco de la Semana Mundial de la Alergia que finalizó ayer, bajo el lema "Alergias Respiratorias- El costo Humano y económico".

La rinitis es la enfermedad alérgica más frecuente. Afecta entre un 10 y un 40 % de la población mundial, en especial a los más pequeños. En la Argentina, de acuerdo al estudio ISAAC fase III, el 34,9% de los jóvenes de entre 13 y 14 años se encuentran afectados, es decir hay más de 800.000 niños que sufren rinitis alérgica. Los pacientes con rinitis alérgica tienen mayor riesgo de desarrollar asma. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que alrededor de 400 millones de personas en el mundo la sufren y 300 millones padecen de asma; con una tendencia actual en aumento que indica que para el 2025 400 millones de personas sufrirán ésta última. Claudio Parisi, director científico de la AAAeIC, comentó que "entre el 10 al 40% de los pacientes diagnosticados inicialmente con rinitis también tienen asma, y el 80% de los diagnosticados inicialmente con asma también tienen rinitis".

La alta prevalencia del asma bronquial y de la rinitis alérgica tiene un alto impacto en la salud y en la calidad de vida, representando un gran costo económico para los Sistemas de Salud si no se controlan debidamente. "El manejo correcto de estas enfermedades no solo depende del uso oportuno de la medicación sintomática y de la inmunoterapia alérgeno específica, sino que necesita de las medidas de control ambiental (evitar alérgenos) y de la educación del paciente", remarcó. Cuando la rinitis se asocia al asma, los costos aumentan notablemente ya que se prescriben mayor cantidad de medicamentos y aumenta el riesgo de internaciones y de consultas a la guardia.

Más aún el subdiagnóstico y el inadecuado tratamiento de rinitis pueden empeorar el asma coexistente generando un problema mayor en la salud pública. "Es por esto que es necesario generar una mayor concientización acerca de la relación entre rinitis y asma, así como de mejorar el tratamiento global de estas enfermedades.


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