Supo instalar el “venga” como marca registrada a la hora de puntuar y sostiene que la experiencia de ser jurado fue muy positiva pese a algunos encontronazos. Dice que nunca hizo un personaje y que se muestra tal cual es en pantalla.

Cuando el próximo lunes 11 de mayo Marcelo Tinelli inaugure la pista de ShowMatch con su clásico "Buenas noches América", Soledad Silveyra, volverá a sentarse por segundo año consecutivo en el banquillo del jurado del certamen que invita a bailar por un sueño.

Entusiasmada de responder otra vez al reto del Bailando 2015 e imponer nuevamente su dictamen con un "Venga", esta actriz y conductora siente que la experiencia pasada la fortaleció y le otorgó crecimiento en lo personal.

"Aprendí mucho el año pasado. Espero que todo lo aprendido este cuerpo lo haya recibido bien", dice Solita, en exclusiva, en medio del estreno teatral Venus en Piel y a punto de estrenar la nueva temporada del reality en el que participan 25 parejas de famosos. "Para mí hacer el "Bailando" el año pasado fue una muy enriquecedora experiencia. Me parece que este año va a ser de la misma manera para nosotros como jurado y para todos los participantes", señala optimista.

"Estoy con ganas de empezar y de divertirme. Me siento muy contenta verdaderamente. Y también tengo ganas de estudiar a cada uno porque hay una enorme cantidad de personajes este año", se ríe con fuerza. Con su vehemencia y la característica particular de googlear a cada uno de los participantes y los ritmos musicales que deben recrear, Silveyra, se ganó un lugar entre los personales miembros del jurado y redundó en un público mucho más amplio del que la siguió durante tantas décadas de consagrada carrera actoral.

"Nunca hice un personaje. Me mostré como soy y la verdad es que veo que pegó mucho lo que yo hacía, mi espíritu de googlear todo. Cuando la gente me pedía volver este año me llamaba mucho la atención que tantos me lo dijeran y de todos los niveles sociales. Entonces eso me pareció decisivo", cuenta Soledad algo sorprendida por la aceptación de su rol. "Además de la gente en la calle sentí muchísimo el apoyo de mi familia. Sobre todo mi hijo mayor, Baltazar Jaramillo y mis nietas que me decían: "¿Vas a seguir tatita en el Bailando?". Me apoyo mucho en ellos y en especial para decidirme con este programa que era totalmente novedoso para mí", expresa esta intérprete a expensas de la negativa de sus pares que no la aconsejan del mismo modo. "Muchos actores me decían: "no hagas el segundo año"; pero para mí son prejuicios. No le otorgo mucho sentido a lo que me digan si se mueve en base al preconcepto y la negatividad", se sincera Solita.


Sin grandes bailarines

Junto a Nacha Guevara, Moria Casán, Marcelo Polino y, Ángel de Brito como quinto jurado, Soledad Silveyra, deberá puntuar el desempeño y la habilidad de figuras tales como Verónica Ojeda, Fernando Dente, La Mole Moli y Coki Ramírez, El Negro Álvarez, Lizy Tagliani, Nito Artaza y Silvina Scheffler, Nazarena Vélez, Fede Bal, Bárbara Vélez, Fernando Burlando y Barbie Franco, Marcela Tauro, Alberto Samid, Luciana Salazar, Celina Rucci, Anita Martínez y el Bicho Gómez, Campi, Candela Ruggeri y El Tirri y Noelia Marzol.

Sin demasiado virtuosismo entre los convocados, la vara que juzga podrá ajustarse a la capacidad de quienes recrearán el décimo año del certamen de Tinelli. "Este año es difícil. No hay grandes bailarines. Son muy pocos los buenos bailarines que hay", indica la inolvidable protagonista femenina de Rolando Rivas taxista.

"Va a ser un año de humor donde va a haber que encontrar una buena evaluación. Es diferente al anterior en cuanto a la experiencia de baile de los concursantes y eso está muy claro entre quienes conforman la lista de elegidos", manifiesta quién evita sentirse en foco de conflicto ante cualquier compañero, pese a varias rispideces que sufrió el año pasado y algún resquemor que aún parece haber quedado entre los integrantes del jurado. "Yo no tengo conflicto con Alfano ni con nadie. No pedí nunca ninguna restricción. Me encantó que se sumara Ángel de Brito", asegura y reconoce luego. "Hubo grandes enfrentamientos y tal vez, me ligué una desilusión, pero ya pasó. No le voy a dar trascendencia", asegura Silveyra.

-¿Qué podrías decir que fue lo más negativo o lo que más te perturbó de la alta exposición pública y todo lo que genera la "hecatombe Tinelli", algo que como actriz no estabas acostumbrada?

-Lo negativo es que a mí lo mediático no me divierte. Yo no doy mucho que comer. Entonces a veces me tengo que comer un comentario que me parece injusto, pero bueno allá ellos. No se le puede gustar a todo el mundo. Al principio tenía mucho temor y estaba insegura porque no estoy acostumbrada a lo mediático. Me costó mucho pero no modifiqué mi sensibilidad, algo por lo que fui muy criticada. En algún momento mi cuerpo pudo sentir que era demasiado, pero por suerte mi cabeza no.

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