El crack no pudo hacerle frente a un cólico y dejó un legado de grandes carreras. Juan Carlos Noriega, su monta, lo recuerda: "Es una pérdida tremenda, irreparable, lo sentimos como parte nuestra"

Tantas veces se habló del "interminable" o "eterno" Soy Carambolo que, en una cruel ironía, su legendaria vida se acabó de manera temprana, abrupta e inesperada. Cuando el entorno del crack soñaba con un regreso con gloria en la Copa de Oro (G1) y luego el Pellegrini (G1); cuando se habían desechado ofertas del exterior y desestimado la posibilidad de vender sus servicios como padrillo. La muerte del crack por un cólico, mientras se recuperaba de una artrosis en un stud de Concordia, sacudió al mundo del turf y DIARIO POPULAR consultó al jockey y al dueño del héroe del Pellegrini 2013 para conocer sus sensaciones ante este duro suceso.

  • Corazón valiente

Emociones encontradas para Juan Carlos Noriega. El sábado ganó el Classic de las Estrellas poco después de enterarse de la pérdida del "viejito" como le llamaba al pingo de siete años. "Una tristeza enorme, un caballo que nos dio muchísimo. He logrado un montón de grandes premios con él, sin dudas uno de los mejores que he corrido; tenía un corazón tremendo, muy valiente", lamentó con los ojos vidriosos el popular Chupino. "Hablé con uno de los propietarios a la pasada el sábado y estaba muy triste como yo", redondeó amargado el cordobés.

Ese dueño al que aludía Noriega es Alberto Dominé. A este turfman de pura cepa le cuesta asimilar que en un abrir y cerrar de ojos se fue el caballo al que le enseñó a dar sus primeros pasos en una pequeña quinta de Pellegrini. "Es una pérdida tremenda, irreparable, lo sentimos como parte nuestra. Yo lo crié, le llevaba una ración de comida antes de irme al trabajo, a la salida otra. Hasta que se amansó y lo llevamos a lo de Pellegatta y llegó a ser semejante monstruo. Todo el pueblo acá está muy dolido, impresionantes las muestras en Facebook y los portales. Lo bueno es que en vida recibió todo, mimos, caricias", contó emocionado el propietario.

"No lo esperábamos para nada. Hubo ofertas que no llegaron a satisfacernos y como la temporada de servicio estaba encima y los profesionales revelaban que la artrosis no era impedimento para correr, hacía cuatro días que lo habíamos llevado a Concordia, a un stud. La idea era correr la Copa de Oro y el Pellegrini porque estaba pleno. Roberto (por Pellegatta) se reía... 'Es un caballo que ha superado tantas cosas que es capaz de darnos otra alegría', nos dijo", reveló Dominé.

No pudo ser. El caballo interminable terminó por partir cuando menos se esperaba. Desde aquí, nuestro humilde homenaje al gran campeón. ¡Que en paz descanses crack! ¡Hasta siempre Soy Carambolo!.

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