Un insólito –e indignante- episodio se vivió en Lanús, cuando un móvil policial perseguía a dos automóviles que corrían picadas. Al detenerlos, se dieron cuenta de que eran sus propios compañeros de Fuerza.
Acá reproducimos el diálogo entre los móviles:
-Un auto negro de alta gama para el lado de San Martín.
-Ya lo paramos. Son dos efectivos policiales jugado picadas. Lo conozco, labura acá con nosotros
-¡Ah bueno! ¿Quiénes son Miguel?
-No, no corresponde, no corresponde.
-¿Elevo una nota?
-Ya los liberé
-Habría que cagarlos a trompadas.
-Estaría, estaría...
comentar