Las chicas aplastaron 27-16 a México, se metieron en la final del certamen y por primera vez en su historia en los Juegos Olímpicos. "Esto está basado en trabajo", dijeron los protagonistas
El trabajo argentino fue bien sólido desde el arranque, propinando un parcial de 8-0 para dejar los nervios atrás por todo lo que el match significaba. A partir de ahí, rotación de jugadoras y dureza defensiva para asegurar el tan anhelado pasaje a Río 2016.

"Es el sueño de nuestras vidas. Después de 10 años de Selección se nos da esto. Ahora queda disfrutar. Tenemos la suerte de que nos llegó en el mejor momento, con un cuerpo técnico recontra profesional y recontra humano que permitió que todas vayamos para el mismo lado. Son años esperando esto", analizó ante la agencia Noticias Argentinas Victoria Crivelli, armadora y símbolo del equipo. "Esto está basado en trabajo. Y así va a seguir siendo", afirmó.

Para Luciana Haro la situación es bien particular, teniendo en cuenta que muchas veces pensó en renunciar en la Selección porque no le reintegraban sus viajes desde Córdoba al CeNARD.

"He disfrutado el momento de volver a entrenar. Todas somos uno solo. Se me vienen en la cabeza todos los doble turnos y trabajo en gimnasio. Es un objetivo cumplido estar en Río", explicó. "Lo mejor que tenemos es tener jóvenes y también experimentadas para salir de los vaivenes de cada torneo", agregó.

De esta manera, la selección femenina estará por primera vez en los Juegos Olímpicos: "Hoy Cogote (Andrés Kogovsek, ex jugador de la Selección, hoy parte de la delegación) nos acomodó todas las camisetas y nos dijo que todos estos nombres van a hacer historia. Este equipo vive todo con mucha pasión. Está bueno que hoy se valore a todas las jugadoras del país", confesó la cordobesa.

En la otra semifinal, Brasil ya había derrotado a Uruguay por un contundente 40-22 por lo que restaba saber quién acompañaría a Río 2016 en representación de América a las campeonas del mundo.

Todo parecía desvanecerse para "La Garra" luego de ceder ante Cuba (subcampeón panamericano en mayo) en el segundo compromiso del torneo. Llantos, balances antes de tiempo, descargas hacían creer que la gran chance había pasado. Sucede que el líder del grupo iba a evitar a Brasil en semifinales y el partido se planteaba clave para esa situación.

Sin embargo, el exceso de confianza de las caribeñas y el cuerpo técnico hicieron que cayeran ante Uruguay quedando, incluso, afuera de las cuatro mejores consumada la victoria argentina sobre Chile.

"Seguimos el partido en el vestuario y no lo podíamos creer hasta que escuchamos que perdían por 6, faltando 3 minutos. Saltamos de alegría pero enseguida nos tuvimos que concentrar en Chile", contaba Manuela Pizzo tras ganar la zona en forma impensada y encarar el cruce clave ante México.

En el Panamericano de La Habana, las albicelestes habían vencido 36-23 a las mexicanas en un torneo en el que solo cedieron ante las locales y el propio Brasil por lo que el escenario, esta vez, era inmejorable para las dirigidas por Eduardo Peruchena. Y así fue.

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