El británico Thomas Thwaites decidió investigar cómo es vivir como una cabra, en primera persona. El diseñador industrial (especializado en la tecnología, la ciencia y la investigación futurista), decidió ponerse en la piel de una criatura "inmune a las preocupaciones, frustraciones, y al terror existencial de la vida cotidiana", según sus palabras.
Thomas pasó tres días entre un rebaño de cabras en los Alpes suizos. Para llevar a cabo el proyecto encargó unas prótesis para brazos y piernas para poder caminar cómodamente en cuatro patas, e incluso intentó fabricarse un estómago artificial para poder rumiar y digerir la hierba con la flora intestinal de las cabras. Además consultó con un experto sobre el comportamiento de estos animales, e incluso presenció la disección de una cabra para aprender más sobre el animal en el cual quería convertirse.