"No siente culpa, sino más bien que se siente aliviado por una carga que tenía desde niño.
Para él fue como orgásmico. Su psiquis está alterada y eso lo veremos en las pericias", sostuvo Mónica Chirivín, la letrada de
Leandro Yamil Acosta, quien está detenido por asesinar a su madre y a su padrastro.
La letrada contó a Télam que el diálogo que tuvo con Acosta en los calabozos de la comisaría "fue tan distendido que en un momento se acercó a las rejas para que nadie escuchara y me dijo algo increíble. Me dice: 'Me comí un pedacito'", en referencia a que había probado un trozo de carne humana.
"Le seguí la conversación. Le pregunté qué gusto tenía y me contestó: 'Es más rica que la carne de cerdo', y me mostró que el pedacito que probó era del torso, por debajo del pecho", relató Chirivín.
"No lo veo bien. Yo creo que si se prueba la autoría,
este muchacho quizás no pudo comprender la criminalidad de sus actos. Este chico es inimputable", dijo a la agencia de noticias Télam. Chirivin dijo que Acosta "es un joven que
sufrió mucho en su vida, ya que además de tener que usar de por vida una bolsa de colostomía, padeció todo tipo de abusos por parte de sus padrastros cuando era chico".
"Leandro me decía:
'yo le salvé la vida a nuestros hermanitos. Estos dos (por los padres) eran unos hijos de puta" y precisó que "después del crimen, Leandro me decía que
veía gente muerta, que tenía alucinaciones".
La idea de Chirivín es
ajustarse al artículo 34 y que a Acosta lo declaren inimputable. Mientras tanto, él y su hermanastra continuarán detenidos por doble homicidio calificado.
En tanto, un grupo interdisciplinario conformado por médicos, antropólogos y odontólogos forenses analizó este lunes
durante seis horas el contenido de las 16 bolsas con restos de desechos calcinados y lo que podrían ser fragmentos de huesos humanos.
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