No ha dejado rincón del país por visitar, y a lo largo de su búsqueda curiosa de historias, personajes y paisajes realizó más de 2,5 millones de kilómetros viajando “en todo lo que se mueva”. Hasta llegó a Malvinas, su sueño postergado.

Fue el gran ganador de la noche de la entrega del Martín Fierro de Cable a la producción 2014. Su programa En el Camino (viernes a las 23 por TN), se llevó el premio a Mejor Programa de Interés General y el Martín Fierro de Oro, estatuilla por primera vez entregada por la Asociación de Periodistas de Radiofonía y Televisión Argentinas a la TV paga. Pero para Markic, que suma con estos premios nuevos lauros a su prestigiosa carrera, su gran mérito es el de "ser un contador de historias" y de tener "como escenario de las mismas, al país entero".

Ganador del Fierro también en 2010 y 2012, Markic señaló que "el Martín fierro es un mimo, un orgullo recibir un premio que tanto queremos. Agradezco a mis camarógrafos, compaginadores, productores, y a toda la gente que nos ve en todo el país, porque este programa tiende puentes para mirarnos, vincularnos y comprendernos entre todos"

Puesto a contarnos sus miles de anécdotas viajeras, muchas de las cuales lo tuvieron en serio riesgo, resume su labor en la de "un periodista curioso que le da su impronta a los programas. Porque yo no hago documentales, sino que cada historia tiene mi mirada sobre el tema.Tengo que incluirme en el encuadre haciendo mis reflexiones, y rescatar luego mis vivencias. Así fue, como recurso quedó esta idea, y ya no tiene sentido cambiarla. Cada viaje lo hice de un modo muy artesanal. Estoy feliz con En el Camino, un programa que me ha llevado a conocer toda la Argentina y que este año cumple 20 años ininterrumpidos en TN", dice

Pueblos fantasmas con apenas un habitante, un obelisco en medio de la pampa, hoteles con historias fantasmagóricas y otros donde se dice que estuvo el mismísimo Hitler, personajes de leyenda y simples héroes anónimos del país escondido son sus fuentes de historias habituales. Pero no siempre los viajes fueron fuente de placer, muchas veces su cuerpo estuvo en riesgo "Como aquella vez que estuve tres días sin comer cubriendo el terremoto de Chile. U otra donde me encontré navegando en una canoa en el Amazonas esperando un ataque de guerrilleros en medio del conflicto de Ecuador con Perú".

-¿Cómo logra que personas no habituadas a las cámaras se abran para contarle sus historias?

-A esta altura hay varias maneras de lograr buenos resultados .Manejar la psicología de lo desconocido. He tenido que ir a lugares donde hay una profunda diferencia cultural o conmigo o quienes me acompañaban. Y tenía que interactuar con personas con las que tenía que hacer un gran esfuerzo no solamente para entenderme sino para que esa persona pudiera abrirse, y en poco tiempo, que es la característica del periodismo. Hay paciencia, reflexión, psicología casera, para entender distintas culturas. Hay que quitarle la hostilidad, romper la barrera, creo que lo logro porque el aprendizaje me ha hecho tomar una postura genuina con lo corporal, lo gestual, lo artístico si se quiere, poniendo muchas cosas en juego, peto de manera profesional, porque uno está haciendo un programa. Me he dado muchas veces de cabeza con la pared. Si va un porteño muy citadino a un lugar del interior, con su propio tiempo, e s imposible que el periodista se saque de encima esa necesidad de hacerlo todo rápido y hablar de un modo imperante. Eso irrita a la gente que no es citadina y establece una barrera o una hostilidad manifiesta. Curiosidad, humildad y profesionalismo, ahí se resume lo mío".

Nacido en Río Gallegos, Markic tiene su corazoncito en La Patagonia "esa tierra a la que Darwin le puso el mote de Tierra Maldita y que le quedó hasta nuestros días, pese a que el propio Darwin en su vejez seguía recordando esta zona del mundo con gran cariño". Y hablando de esta parte del país donde supo pescar centollas con los pescadores del sur, nos cuenta que "recién vengo del Cabo de Hornos" y que este año se dio el gusto que le faltaba: conocer las Malvinas, programa que se dio en marzo de este año."Llevo dos millones y medio de kilómetros recorridos si tenemos en cuenta los aviones, con 25 a 26 viajes por año. He andado en todo lo que se mueva: hasta en dirigible hace 10 años, cuando vino uno a Buenos Aires. Me monté en toda clase de aviones, en toda clase de barcos (pese a que no sé nadar) y cuanto más tormentoso era el viaje, más me gustaba", dice.

Los aplausos del Martín Fierro se acallan, Markic baja del escenario y ya piensa en el próximo programa. Ese donde volverá a sentirse como más le gusta: "como un viejo sabio que cuenta leyendas alrededor del fogón de la tribu".

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