El obispo lomense, monseñor Jorge Lugones rogó para que "este santuario se abra cada vez más a la paciente artesanía del encentro y al abrzo del hermano perdido, deprimido, dolorido y agobiado".
La Iglesia de Lomas de Zamora festejó los 150 años de la apertura y creación canónica como parroquia de la catedral Nuestra Señora de la Paz con una misa de acción de gracias y una Expo María en la Plaza Grigera.
La celebración, que contó con gran presencia de fieles de las comunidades parroquiales algunos de los cuales llegaron peregrinando, fue presidida por monseñor Jorge Lugones, titular de este obispado.
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Un momento particular se vivió cuando se inhumaron en el templo los restos del primer obispo diocesano, monseñor Filemón Castellano, traídos de Córdoba para la ocasión: Ahora la catedral tiene en su interior los restos de dos pastores; los otros son de monseñor Alejandro Schell, segundo obispo de la diócesis.
"Que este santuario se abra a la paciente artesanía del encuentro", enfatizó monseñor Lugones, quien agregó que "se abra cada vez más a la contención, al suave ungüento de la reconciliación, a la misteriosa transformación sanante de la adoración eucarística y al abrazo del hermano perdido, deprimido, dolorido y agobiado por la pesada cruz de una vida devastada y sin esperanza".
Además consideró que "nuestro pueblo necesita de la verdadera paz fruto de la justicia, una justicia demasiado largamente esperada, que solo puede ser suplida con el amor, con la fe de nuestro pueblo que busca algo de consuelo en los santuarios, lugares de paz, de acogida, de oración, de silencio, de escucha, de bendición".
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Al término de la misa, cientos de personas pudieron acariciar por primera la imagen de la Virgen, gracias a la estructura a modo de "pasarela" que se erigió.
La "Expo María" contó con stands que recrearon la vida y vocación de la Virgen hasta la advocación de Nuestra Señora de la Paz.