2-Una infancia con un padre borracho y goleador
"Mi madre estaba siempre allí para proteger a sus hijos. Mi padre se enojaba y nos quería golpear, ella se ponía en el medio y a veces le pegaba. Eso es difícil de sobrellevar, construyó mucho adentro mío", contó Lomu en el documental que retrata su vida, "Anger Within".
El rugbier reveló que su papá, cuando tomaba, "era violento", aunque sobrio "era muy buen padre".
"Cuando me enojaba todo me llevaba a mi padre. Pensaba en él y la furia que me producía cuando estaba adentro de la cancha, esa furia me hacía seguir adelante", afirmó uno de los mejores jugadores de toda la historia.
3-El nerviosismo por estar frente a Nelson Mandela
El 24 de junio de 1995, en la previa a la final de la Copa de Mundo de Rugby, el local Sudáfrica debía disputar ese encuentro ante Nueva Zelanda. Un partido marcado por un momento histórico: el apartheid. "Yo pensaba, 'le voy a dar la mano a este hombre, una persona que la gente estima tanto... no digas nada tonto'. Entonces se me acercó, se me paró enfrente y me dijo: 'Hola Jonah, ¿cómo va?'", "recordó de aquella ocasión.
Mandela le estrechó la mano: "En ese momento no pude ni hablar, me quedé sin palabras. Entonces me dijo 'que tengas un excelente partido', me miró, hizo un gesto y se fue...". El partido lo ganaron los Springboks y muchos coinciden en que ayudó a poner fin a las diferencias raciales.
A pesar de la derrota, Lomu quedó en la historia: "Fue fantástico ser parte de ella. Yo era un deportista que estaba desesperado por ganar pero lo que ocurrió fue lo correcto. La gente recuerda que, aquella tarde, el rugby cambió a una nación".
4-La enfermedad
"Todo el mundo tiene que morir algún día". De esa manera describía su situación el gigante del rugby. En 2003, la Unión de Rugby de Nueva Zelanda anunció el tratamiento al que debía ser sometido a causa de un síndrome nefrótico que le fue diagnosticado en 1995, mismo año que el Mundial. Recibía diálisis tres veces por semana.
Un año después recibió un trasplante y pudo volver a la alta competencia tras una ardua recuperación.
Pero para 2011 su cuadro empeoró. El cuerpo rechazó el órgano y bajó hasta 30 kilos. "Desafortunadamente, ningún tratamiento ha funcionado, mi salud es exactamente la misma que al comienzo de la enfermedad", detallaba.
5- El último haka
Hace pocas semanas Lomu sorprendió en Covent Garden, en Londres, juntos a varias personas que hicieron la danza tradicional maori. Fue parte de una publicidad. La última vez que el mundo vio danzar al gran Lomu.
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