Señor director:

Bueno ya estamos viendo, los anticipos de las fiestas de fin de año. Aquellos previsores y que tienen 'resto', han comenzado a comprar. Los otros están comparando y buscando precios. Estas fiestas, en el hemisferio sur, están totalmente tergiversadas. Ya los jóvenes, están reservando mesas en salas de baile. ¿Qué tienen estas nuevas costumbres con la tradición navideña? Se toma los días feriados como un escape y poder disfrutar de dos sin trabajar. Solo pensamos quien tiene razón, ¿los de ahora o los de antes? Cuando hace años atrás, llegaban las fiestas, además de los deseos de conmemorar el sentido que le dieron originalmente, estaban los nervios del regalo. Hacíamos muchos pedidos y escribíamos cartas. Antes y durante la cena, se escuchaba música sacra. Se leía un libro, tal vez se cantaban villancicos y era una noche donde la familia se reunía, en armonía. Hoy se está mirando el reloj para abrir los regalos comprados por compromiso y luego salir disparados a reunirse con muchachos de su edad en los clubes. ¿Qué queda de la Navidad? Nada. Entonces dejemos la hipocresía y digamos las cosas como son. Es un simple feriado, para ir al mar o la sierra, pero de religioso, no ha quedado sino la fecha.

 Florencia Jazmín Domínguez
DNI 32.431.844

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