Así lo determinaron los estudios que le realizaron a la esposa del intendente de La Calera, asesinada en el día de ayer. Además, reveló que podría haber tenido un embarazo hace poco tiempo, pero no se encontró el feto.
El cuerpo de Romina Aguilar, la esposa del intendente de La Calera, San Luis, asesinada en el día de ayer, falleció a causa de dos balazos calibre 45, y que pudo haber tenido un embarazo reciente, a pesar de que el feto no fue encontrado. Los estudios realizados por la forense Marcela Gómez indicaron que la primera bala ingresó por la parte superior izquierda del tórax, perforó el pulmón derecho, el brazo derecho y por último la mano izquierda, a raíz de un supuesto mecanismo de defensa.

La otra bala entró por la parte de atrás del cráneo, cerca de su oreja: salió por su ceja izquierda y terminó en su mano derecha, entre los dedos índice y pulgar.

Gómez, responsable de la necropsia, explicó los resultados: "La muerte se la ocasionó el primer disparo, por un shock hipovolémico: le generó una gran hemorragia que provocó la muerte en instantes. Ese impacto hizo que se caiga al piso boca abajo y, en ese estado agónico, recibió el segundo disparo".

Respecto al supuesto embarazo, reveló que el útero estaba dilatado, lo que podía indicar un supuesto embarazo. De todos modos, al no hallarse el feto, el útero deberá ser analizado en otro estudio de anatomía patológica.

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