El actor tuvo cáncer de lengua, pero logró vencerlo gracias a la ayuda de su familia y amigos. “Cuando empecé a tratarme, me tranquilicé. No era nada imposible de soportar”, contó.

Hace siete años, la vida de Gustavo Garzón era muy similar a la de otros artistas. Sus jornadas maratónicas de actuación que comenzaban en televisión, con la serie Hechizada, junto a Florencia Peña, y que continuaban con la obra "Días contados", en el Paseo La Plaza, eran parte de su rutina, la misma que acompañaba con sus religiosos doce cigarrillos diarios durante 35 años.

El rating y la cantidad de espectadores en el teatro marcaban el compás de sus días. Todo era previsible, normal. Pero hubo un momento en el que el tiempo se detuvo casi como una escena de aquél ciclo en el que actuaba. Hubo un instante en el que el reloj se congeló y ya no pudo personificar ningún otro sentimiento más que la angustia y la desesperación: los médicos le habían diagnosticado cáncer de lengua.

Días antes, había acudido a la consulta porque sentía un malestar en la garganta, algo similar a una gripe. Pero al ver el cuadro, los doctores le hicieron una biopsia. El diagnóstico fue contundente.

"Lloré diez días seguidos sin parar. Tuve que dejar los dos trabajos y dedicarme seis meses a curarme", contó el actor a DIARIO POPULAR. Pero el panorama, que en principio era aterrador, comenzó a tornarse esperanzador cuando los especialistas le advirtieron que tenía un 70 por ciento de posibilidades de cura.

      Gustavo Garzón.JPG

"Yo sabía que el tratamiento era difícil. Pero me entregué por completo. Yo confío en la medicina. De hecho, mi padre era médico. Y cuando empecé a tratarme, me tranquilicé. No era nada imposible de soportar", contó.

La terapia se hacía frecuente. Tenía que ir tres veces por semana, y los efectos comenzaban a hacerse visible en su cuerpo. Su pelo se había caído, le costaba comer, tragar y la debilidad de los músculos parecía ser un estado normal.

"Yo no quería que se sepa que tenía cáncer. Lo ocultaba. Es que en los medios sale muy grande cuando estás enfermo, pero no aparece en ningún lado cuando te curás", lanzó.

En ese momento, hubo puertas que se cerraron y personas que no pudieron afrontarlo y desaparecieron. Sin embargo, en el total la cuenta dio positivo.  Ganó amigos y su familia no se despegó de él ni por un segundo. Y todo ese amor, se vio trasladado en los valores de los análisis. Había podido atravesar la situación con holgura y ya casi no se detectaban rastros de la enfermedad.

Hoy en día, con la batalla ganada, y abocado a su familia, trabaja de miércoles a domingos en el teatro Picadilly, en la obra "Casa Valentina" y se focaliza en nuevos proyectos. "Yo soy muy agradecido. El cáncer me hizo darme cuenta de muchas cosas. Y fue una posibilidad para cambiar. Me impuse un proceso para manejar mejor mis emociones. Y pude reconstituirme".

      Embed

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2021-110619619-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados