De entrada, Racing
expuso sus ambiciones. Porque se plantó en el campo rival y con una gran intensidad en el juego, logró arrebatarle la pelota y el protagonismo a un equipo que llegaba invicto al Cilindro de Avellaneda. Entonces, la primera media hora del choque fue una
insinuación constante de la peligrosidad que la Academia podía generarle a Monetti.
Pero en situaciones de gol, Racing no era tan eficaz, porque en esa primera parte del juego apenas se anotó con una llegada de Diego Milito, que derivó en un remate cruzado y una buena intervención del arquero de Lanús. Entonces,
apenas tuvo un respiro de la presión ajena, el Granate asomó la cabeza, especialmente por la movilidad del Laucha Acosta, quien desperdició un mano a mano con Saja y también
encendió la alarma con un remate cruzado, "a colocar", que se fue cerca del palo izquierdo del Chino.
Pero cuando se iba el primer tiempo, Racing encontró su desahogo. Salió mal la defensa de Lanús, Milito
estuvo astuto para ganar el espacio en una corrida electrizante y después cedió el balón al medio, donde Romero encontró el hueco para poner el zurdazo goleador.
En el complemento, el panorama ya fue distinto. Racing no tenía tanto oxígeno y Lanús lo aprovechó para empezar a manejar el balón, con criterio. Primero se lo perdió de manera increíble Acosta, con un tiro alto, y
después llegó la joya de más de una docena de pases, que culminó con un zurdazo bajo de Miguel Almirón para el empate.
Allí se volvió a despertar Racing, especialmente desde el ímpetu de Lisandro López, quien resultó protagonista del tanto clave de la noche. Porque Licha se la robó a Braghieri y asistió a Milito, quien definió
como en su mejor momento del Inter, acariciando el balón con la parte externa del botín derecho, para poner el balón junto al palo, lo que desató la fiesta del pueblo racinguista que no resigna sus ambiciones a nivel local.
VIDEO: los goles de Racing 2-1 Lanús
VIDEO: los goles de Racing 2-1 Lanús
El relato y las estadísticas del partido:
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