Un paciente puede desarrollar una vida normal si controla la enfermedad mediante tratamientos adecuados y la no exposición a los alergenos

Una persona con asma puede desarrollar una vida normal si controla la enfermedad mediante tratamientos adecuados y la no exposición a los alergenos, aseguraron especialistas al conmemorarse hoy, como cada primer martes de mayo, el Día Mundial del Asma.

"Cuando hablamos de asma en realidad más que de prevención nos referimos a control y a evitar los factores que desencadenan las crisis", indicó Gloria Aperlbaum, médica del Servicio de Neumonología del Hospital de Clínicas.

Entre los factores desencadenantes, la neumonóloga mencionó en primer lugar al cigarrillo, "primera causa de desencadena las crisis a quienes tenían la predisposición genética, al tiempo que genera formas más severas de la enfermedad".

"También sucede con los niños que tienen predisposición y sus padres son fumadores", añadió.

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía respiratoria (bronquios), caracterizada por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y sibilancias (silbidos en el pecho), que varían en severidad y frecuencia.

"No se trata sólo del broncoespasmo (cierre del bronquio), sino que también implica un aumento de la mucosidad, un engrosamiento de la membrana basal, una hipertrofia muscular, etcétera", sostuvo.

Según la especialista, el "90 por ciento del asma aparece en la primera infancia, y en un 50 por ciento de estos casos, los síntomas desaparecen con la pubertad pero la carga queda latente, por lo que en la adultez pueden reaparecer".

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, hay actualmente 300 millones de personas con asma, cifra que constituye a esta enfermedad crónica en una de las más frecuentes y la más prevalente en los niños.


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