El Chancho es un juego de cartas españolas muy conocido y divertido, cuya simplicidad permite jugadores de todas las edades. Es ideal para grandes reuniones, pero no pueden jugar más de doce participantes por la cantidad de naipes de distinto número disponibles. El juego consiste en formar lo más rápido posible la combinación de cuatro cartas del mismo número y cantar bien fuerte "¡Chancho!", apoyando la mano en el centro de la mesa, o superficie sobre la que se esté jugando.
¿Cómo se juega al Chancho? Primero se separan del mazo tantos grupos de cuatro cartas del mismo número como participantes del juego. Por ejemplo, si son cuatro jugadores, serán necesarios cuatro grupos de cuatro cartas. No importa cuáles sean los números. Luego se mezclan los naipes y se reparten entre los jugadores de modo que todos reciban cuatro. Paso seguido, cada jugador desliza una carta (cualquiera de las que tenga en la mano) boca abajo al jugador de su derecha diciendo "Chancho va". El momento de la orden de "Chancho va" la da un jugador por vez, en sentido de las agujas del reloj.
Se esperan unos segundos a que todos observen y acomoden sus juegos y se continúa de la misma forma hasta que el primer participante que obtenga las cuatro cartas del mismo número grite: ¡Chancho!" y coloque la mano en el centro de la mesa. Los demás jugadores deberán ser lo suficientemente rápidos y atentos para colocar su mano arriba de la del jugador que logró el chancho. El último que coloque la mano es el que pierde y se lleva una letra.
La puntuación es con letras, primero la C, luego la H y así sucesivamente hasta que alguno de los jugadores forme la palabra "Chancho". Ese quedará eliminado de la partida. Se jugarán varias manos hasta quede el ganador, quien se llevará la apuesta que se haya realizado.
¡Atención! A veces aparecen algunos participantes a los que no les agrada jugar de manera limpia y sin haber formado juego de cuatro cartas iguales, gritan: "¡Chan!", no terminan de decir la palabra y mientras amagan con colocar la mano en el medio de la mesa, pero no llegan a apoyarla. Si alguno de los otros jugadores sí la apoya por error, perderá la ronda y sumará una letra.
Ser astutos para aprovechar este artilugio es un camino al triunfo.