La proliferación de cervecerías artesanales y de los distintos tipos de cervezas ha cambiado los modos de consumo con respecto a esta típica bebida que estaba reservada para la salida con amigos o la pizza. Hay distintos tipos, más suaves y más intensas, que van con diferentes comidas, del mismo modo que hay parámetros para combinar vinos y comidas. Un clásico es la pizza con cerveza, un matrimonio que está destinado a ser para toda la vida.
Tradicionalmente, los argentinos acompañamos la comida con vino y relegamos la cerveza a la salida con amigos en un bar, para la picada o la pizza. Pero esto ha ido cambiando a partir de la proliferación de cervecerías artesanales y de los distintos tipos de cervezas que se dieron a conocer. Hoy hay cervezas para todos los gustos, más suaves, más intensas, de cebada, de trigo, cremosas, livianas, densas, opacas.

A grandes rasgos, las cervezas se dividen en dos grupos de acuerdo al tipo de fermentación utilizado. Las cervezas "ales" son el resultado de una fermentación que se realiza a temperaturas elevadas, entre 18 y 25ºC, en la que las levaduras suben a la superficie del mosto. Es una fermentación rápida y, en consecuencia, se obtienen sabores fuertes, complejos y afrutados. Hay ales de distintos colores como la porter, stout o india pale ale.

Las cervezas "lager" se obtienen a partir de una fermentación baja. Esto implica que las levaduras hacen su trabajo en el fondo del tanque y a una temperatura de 8 a 15ºC. Es una fermentación lenta y se obtienen sabores más suaves, parejos y menos afrutados. "Hay un lazo muy fuerte de los argentinos con el vino, y mucha gente suele asociarlo a primera calidad, a todo lo gourmet. Esto es porque todavía se desconoce mucho de la cerveza. La gente a veces la asocia con ocasiones de consumo menos 'gastronómicas' y están más acostumbrados a cervezas de refrescancia. Por suerte, con el crecimiento de las cervezas artesanales empieza a surgir otro tipo de consumidor, más curioso, que quiere probar diferentes sabores, en distintos momentos", señala un especialista del equipo de BevyBar, un e-commerce que permite acceder a una amplia gama de bebidas desde cualquier dispositivo con conexión a Internet. Muchas veces nos referimos a las cervezas como rubias, rojas o negras. "La diferencia que tienen estas tres cervezas son las maltas usadas en la receta. La malta es el alma de la cerveza. Consiste en el grano de cebada (en la mayoría de los casos) que pasó por una breve germinación y luego se lo seca y tuesta. Este tostado puede ser mínimo, generando maltas claras, o tener más intensidad para ir generando diferentes tipos de malta con grados de tueste distintos: caramelo, tostado, entre otros. El uso de estas variedades de malta va a dar colores, aromas y sabores diferentes. Sin embargo esa clasificación, en cuanto a color, no es la más apropiada. Una cerveza puede ser rubia y tener muy bajo amargo y muy bajo alcohol; o puede ser una rubia con mucho carácter, aroma, amargo intenso y superar los 9º de alcohol. Ambas son rubias, pero muy diferentes", explica el experto en bebidas.

Así como existen parámetros para combinar vinos y comidas, también existen para la cerveza y la comida, ampliándose así las posibilidades de disfrutar a la hora de salir a comer. "Para comidas livianas como ensaladas, vegetales o papas fritas (baja intensidad de sabor) recomendamos cervezas más livianas como pilsners o cervezas de trigo. Después, para jugar con maridajes más complejos de cervezas con alto alcohol, aromáticas, con maltas más tostadas, lo ideal es combinarlas con platos de mayor contenido de grasa, de sabores fuertes, con salsas cremosas, bien condimentadas. La idea siempre es que ni la cerveza pase al plato, ni el plato pase a la cerveza, sino que ambos se encuentren en boca para generar una experiencia gastronómica más interesante que si estuvieran por separado".

Un clásico es la pizza con cerveza, un matrimonio que está destinado a ser para toda la vida: "La cerveza tiene ingredientes similares a una masa de pizza, y al encontrarse en boca, hacen realzar otros aromas y sabores generando una mejor experiencia. Además, la cerveza, al tener gas, limpia bien la grasa del paladar, en caso de que usemos una pizza con ingredientes más cremosos. Esto el vino no lo hace. Pero no hay que quedarse con esta combinación solamente. Realmente hay una cerveza para cada tipo de comida. Es cuestión de explorar un poco más", explica el integrante de esta innovadora propuesta para comprar bebidas online, desde cervezas, whisky, ron, vodka y aperitivos, hasta accesorios como vasos, copas o fraperas.

El pedido se recibe en el domicilio indicado en cualquier lugar del país e incluye desde las bebidas más clásicas hasta las más exóticas, artesanales o importadas.

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