Lo admiten hasta los propios dirigentes, en medio de la pelea por la sucesión de Grondona y la creación de la Super Liga. Fernando Marín fue enviado a FIFA para asegurarse de que no habrá sanciones si fuera necesario intervenir la AFA.

La historia cuenta que cuando el entonces presidente Néstor Kirchner recibió al titular de la AFA Julio Grondona, fue el invitado quien se despachó con la espalda más ancha. "Buenos días -dijo al estrechar la mano-, usted es el noveno presidente que me recibe", alardeó Don Julio y en su frase encerró un concepto central: que la cercanía entre el gobierno de turno y el fútbol no es nueva y no distingue constitucionales y de factos.

La asociación que está empantanada en el mismo lodazal desde la muerte de Grondona y no logra elegir un presidente más allá de la transición que encarna Luis Segura, está cercada por el Gobierno actual para dar sus próximos pasos. Con herramientas puntuales como el Fútbol Para Todos, la AFA quebrada y de números rojos debe atender algunas ínfulas para recibir el dinero que le corresponde por contrato.

Por fuera del vínculo legal, el poder atrae al poder. El presidente de la Nación, Mauricio Macri, no quiere al frente de la AFA a uno de sus principales y potenciales desestabilizantes, como lo es presidenciable Hugo Moyano. Lo mismo corre para su yerno y también gremialista Claudio Tapia,. Ni los grandes, ni el Gobierno los quieren en el sillón de Grondona porque el fútbol -o la ausencia de este- puede complicar más que un paro general.

El presidente de Lanús, Nicolás Russo, que con la herramienta del fútbol saltó a la política -perdió en su intento por ser intendente del partido-, sabe sin eufemismos qué circunstancias propician este presente. "Hay un tema de desconfianza porque acá está en juego también el tema político en la AFA", admitió.

El "inspector" del gobierno en el fútbol es Daniel Angelici y sus deseos son compartidos con los de Macri. Ambos quieren la Super Liga y para lograrla están dispuestos -aunque resta pulir los costos- a hacerla por fuera de lo establecido: si no se vota cuando el titular de Boca lo prevé manejan la chance de hacerlo por afuera o a partir de una intervención.

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Un enviado a Suiza

Por eso Fernando Marín, enviado por el Presidente Macri según se asegura, viajó a Suiza para reunirse con el titular de la FIFA, Gianni Infantino. ¿Con qué objetivo? Tener la garantía del capo del fútbol mundial de que no habrá sanción para el fútbol argentino (quedar excluido de las eliminatorias, por ejemplo) en caso de que la AFA sea intervenida por el Gobierno (algo que se viene rumoreando desde hace varios días) para facilitar la inmediata implementación de la Super Liga por fuera de su contralor.

El nuevo titular de la FIFA, Gianni Infantino y Macri se conocen desde antes de estar al frente de la principal corporación del mundo y de un país. Sus emisarios le buscan la salida a la "insignificancia" del Ascenso que está dispuesto a impedir que el plan de los clubes grandes se imponga finalmente con la prepotencia del poderoso.
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