Hoy, en una conferencia de prensa, dará a conocer su decisión. Todo indica que no seguirá jugando en Racing, pero eligió manejar el tema con hermetismo para no interferir en el clima festivo de la despedida de Milito.

Para muchos se trataba de un secreto a voces. Sebastián Saja, entre lágrimas, se había terminado de convencer para tomar la decisión más difícil de su carrera, en medio de la despedida oficial de su amigo Diego Milito. El marco emocionante del Cilindro, en ocasión del partido frente a Temperley y en el que el arquero no pudo contener las lágrimas, lo habrían llevado a resolver en familia algo que venía meditando desde hace algún tiempo: armar el bolso y decirle "adiós" al fútbol en Racing.

Pero, a estas horas, esas sensaciones no parecer del todo firme. El arquero no quiso hacer ningún tipo de anuncio al respecto. Al menos no lo hizo de manera pública. Por un lado, porque estas eran las horas de la despedida de Milito, el ídolo académico, y no quería que su decisión interfiriera en la atmósfera festiva que la Avellaneda vestida de celeste y blanco venía palpitando desde hace algunos meses. Además, el partido por Copa Argentina de anoche, frente a Gimnasia y Tiro de Salta, era el último objetivo de la temporada del equipo y, particularmente, eligió no hacer referencia a su futuro "porque la idea es que todos los jugadores estén bien metidos y concentrados en el partido".

Sin embargo, la secretaría de prensa del club anunció, en la horas previas al compromiso de ayer en Formosa, anunció que Saja realizará una conferencia de prensa (hoy, a partir de las 13.30, en el estadio). En la misma, el arquero informará su decisión sobre los pasos a seguir.

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Lo concreto es que el contrato con el jugador finaliza el 30 de junio por lo que, para seguir vinculado a la Academia debería sentarse a conversar por una renovación que, según el club, no revestiría mayores inconvenientes: "Nos vamos a juntar a charlar -contó el presidente Blanco- y ojalá sea para que nos diga que todo está bien y que seguirá en el club".

Claro que también existe una oferta del fútbol estadounidense que representa una cifra muy tentadora para el final de la carrera del arquero que el 6 de junio cumplirá 37 años.

Ayer, tras la victoria, los jugadores se abrazaron en la mitad de la cancha pero no pudo advertirse un trato especial con Saja de parte de sus compañeros. Sí hubo banderas de parte de los hinchas que acompañaron al equipo a Formosa y hasta cantos con el tradicional "el Chino no se va, el Chino no se va". Mientras que el entrenador Facundo Sava, un rato después del partido con el equipo salteño contó: "Yo ya sé lo que va a decir Saja, pero si él todavía no lo dijo públicamente, yo tampoco lo voy a hacer".

Saja no habló con la prensa después del partido (se excusó cordialmente). Tampoco lagrimeó. Por los corrillos muchos le dieron a la ocasión un tinte de despedida pero, el silencio oficial dejó abierta una pequeña rendija para creer que la decisión del arquero de Racing no sea la que muchos creen.

Habrá que esperar unas horas más. Cuando escribimos estas líneas, aún queda una charla privada con la almohada que, como será una extraña (no la de cada noche en casa) probablemente le diga cosas que todavía no escuchó, esas que no se perciben con el oído, sino con el corazón.

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