El suceso en el mundo se compara con el de los Rolling Stones. Pero la joven artista pasó la etapa como un juego y se lo contó en un mano a mano imperdible a DIARIO POPULAR. Ahora llego la hora de despedirse del rol y comenzar su carrera solista.
Martina Stoessel, cuyo personaje Violetta la convirtió en una inmensa figura en Europa, donde realizó 400 conciertos y se transformó en ídolo en Alemania, Francia, Italia y España, consideró que la clave para permanecer en la cumbre "fue preservarme física y emocionalmente" y "no ilusionarme con cosas de la fama ni creérmela". En estos momentos, Stoessel enfrenta un enorme desafío: dejar atrás el fenómeno de "Violetta" y comenzar su carrera solista con un film y un disco doble, acompañada y amparada por el poderío de Disney, que la llevó a Los Angeles a grabar con grandes productores a nivel mundial.

Además, Stoessel se puso bajo las órdenes del argentino Juan Pablo Buscarini, que dirigió "El inventor de juegos" y "El arca" para rodar "Tini: el gran cambio de Violetta", filmada en Sicilia, Madrid y Almería, en la que la acompaña la experimentada española Angela Molina.

l Daniel Grinbank dijo que lo que vivió en Europa con Violetta, sólo lo vivió con los Rolling Stones. ¿Es tan así?

-Y, mirá que yo te lo digo sin ser consciente: la realidad es que lo que pasó con Violetta no pasa. Fue un suceso, fue un éxito descontrolado. Llegamos a hacer 400 shows en un año. Y no eran lugares de mil personas que ya es un montón, eran de diez mil personas. En Varsovia tocamos en un estadio de fútbol ante 35 mil personas que no hablaban castellano y cantaron todas las canciones en español. Viajaba gente de Israel y Líbano a vernos a Europa. Estábamos en París, ponele, y la gente del Líbano e Israel viajaba para allá. ¿Sabés qué provocó Violetta que me impresionó mucho? Que fue un programa muy de familia, que los papás cuando nos veían a nosotros lloraban más que las nenas. En el show de Violetta iba toda la familia a vernos y se emocionaban todos. Cuando las mamás nos veían se emocionaban más que las hijas y eso me pareció increíble.

l ¿Había que parar eso? ¿Preservar a la persona?

-Al mismo momento en el que yo estaba viviendo todo eso siempre me resguardé y cuidé mi corazón un montón. Tuve gracias a Dios unos padres incondicionales y una familia incondicional que siempre estuvo al lado mío en cada segundo y mis amigos de toda la vida que me acompañan. Aunque no lo creas yo soy una persona normal, con pensamientos tan normales y una vida tan normal que nunca hice consciente lo que me estaba pasando. Creo que estuvo bueno no ser consciente de la locura que estábamos viviendo con los chicos, porque ¿para qué querés ser tan consciente? Yo lo vivía como un juego, nunca lo viví como un trabajo con un contrato atrás. Yo salía a cantar y bailar al escenario y aprendía. Obviamente no quita que un día estés cansado y extrañes a tu familia, a tu casa o a tu país directamente, pero lo viví muy natural. Y toda mi familia me ayudó a preservarme, a alimentarme bien y ser una chica sana, pero más allá de eso también emocionalmente. Tenés que tener un equilibrio porque sino es muy difícil aguantarlo.

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l Quizás el estilo musical no lo era, pero eras una rockstar. Podrías haber tirado una tele por la ventana en un hotel.

-No, por eso hablo de cuidarme emocionalmente para no perder el eje. La de la del éxito, la fama y la gente es una línea por demás delgada. Si vos ponés tu seguridad ahí estás perdida, entonces eso fue lo que me pasó. Eso lo tenía que tomar como me lo tomé para hoy estar así, relajada. Yo lo disfruté desde otro lugar, lo veo desde otro lado. Mi cuerpo lo hace así naturalmente. No desde el lugar de ser famoso, sino de la oportunidad de hacerlo o del feedback con la gente en un recital. Sí, lo tomo capaz más desde ese lugar de no ilusionarme tanto con las cosas de la fama, sino disfrutarlas desde otro lugar y divertirme, aprender y crecer desde otro lugar. Lo que me pareció wow de la carrera y de todo lo que me pasó es que vengan las mamás llorando emocionadas a decirme gracias. Esas cosas me alucinaban desde ese lugar. Hoy en día yo si tengo una hija y la dejo prender el televisor me agarra un ataque por lo que es y el acceso que tienen a ver desde las redes sociales y los medios de comunicación.

l ¿Qué es lo que más te molesta respecto a eso, a la cantidad de violencia que se ve en la televisión?


-Hablo del mensaje y los valores que se transmiten. Los chicos toman como ejemplo la televisión y las madres me dicen "gracias a Dios los chicos pueden tener un referente como lo fue Violetta o lo es ahora Soy Luna", que son programas de televisión sanos. A mí es lo que más me gustó de hacer eso fue que estaba de gira por el mundo transmitiendo un lindo mensaje: transmitiendo amor, positividad, fe, esperanza, de sí, de confiar, de creer en uno mismo y de solidaridad. Son esas cosas que a mí me encantaron y obviamente estar en París era alucinante, lo mismo que conocer el mundo, algo que solo podés lograr si sos afortunado.

l ¿Con tantos viajes, tenés actitud de ser una esponja de otras culturas?


-Sí, me gusta ver diferentes lugares y diferentes formas de crecer, porque cada chico tenía su dedicación. Ya sabíamos con qué público nos íbamos a encontrar y cómo iba a ser. Y bueno, sí, es una locura que nos digan que en África a Violetta le está yendo impresionante o que del Líbano la gente viajaba a vernos todo el tiempo.

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