Los terribles testimonios de algunas de las cientas de personas que bailaban y disfrutaban en el boliche Pulse. “Me tiré al piso y simplemente dije: ‘Quiero que esto termine’”, dijo uno.

Por unos minutos, las cientos de personas que bailaban y disfrutaban de un sábado a la noche en el boliche Pulse, en el corazón de Orlando, confundieron una ráfaga de disparos con la música de reggaeton, bachata y merengue que sonaba en esa "Noche de música latina", hasta que notaron la gravedad de la situación y se desató el espanto. "Era un bang, bang, bang, uno detrás del otro. Duró tanto como una canción", contó al diario local Orlando Sentinel Christopher Hansen, una de los tantas personas que lograron escapar del boliche, antes de que el atacante, identificado como Omar Mateen, tomara a un grupo de personas como sus rehenes en el baño del boliche, para que luego se produzca un tiroteo, decenas de muerte y la liberación final.

Hansen, quien logró sacar a una persona herida y le hizo un torniquete con su pañuelo para frenar la hemorragia, confesó además que "por todas partes había charcos de sangre" y admitió: "Pensé '¿es una broma?'. Me dejé caer al piso y simplemente dije 'por favor, por favor, quiero que esto termine'. Y cuando eso sucedió, vi gente baleada y sangre'.

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Por su parte, Rosie Feba, tampoco se dio cuenta de inmediato que se trataba de disparos, según reprodujo la agencia de noticias DPA.

Feba contó que recién cuando vio a un hombre con un arma agarró del brazo a su novia y comenzaron a correr. En el medio, las dos mujeres encontraron a un herido con la remera toda ensangrentada y lo arrastraron hasta la calle. Ese fue el momento del caos total. Algunos corrían, otros se escondían y varios llamaron al 911 para pedir ayuda.

Los episodios más desesperantes fueron aquellos donde los asistentes intentaron comunicarse con sus familiares en el momento mismo del tiroteo o publicaron mensajes en las redes sociales apenas después de sucedido.

Uno de ellos fue el diálogo vía WhatsApp que llevaron a cabo Eddie, de 30 años y muerto en el boliche gay, y su mamá Mina Justice, quien luego dio a conocer la conversación.

"Mamá, te amo, están disparando en el boliche Pulse", manifestó la víctima, desesperada, a lo que su madre respondió con un "¿estás bien?".

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'Llamá a la Policía, llamá ahora. El viene, voy a morir. Estoy en el baño de mujeres. Tienen que venir por nosotros, que se apuren. El nos tiene en el baño de mujeres, está acá con nosotros', expresó el joven en sus últimos mensajes, en un urgente pedido de auxilio.

Por otra parte, uno de los sobrevivientes, Ricardo Negron Almodovar, manifestó en su cuenta de Facebook: "La gente en la pista de baile y en el bar se tiraban unos sobre otros y algunos de nosotros quedamos cerca de la salida de atrás y logramos salir corriendo. Estoy a salvo en casa, esperando que todos puedan salir bien".

También dejó lugar a la polémica al precisar que "no había control de armas" en el ingreso al lugar.

Asimismo, Libia Carmen, la mamá de una joven que también había ido al lugar, compartió su angustia en la red social: "Mi hija Jocelyn está adentro, esperando por la policía. Me llamó y lo único que escuché fueron disparos. Estoy desesperada". Luego de una hora de espera, finalmente la joven salió junto con otros sobrevivientes.

Los dueños del boliche lo publicitan como "el bar gay más caliente" de Orlando y esta era una fecha muy especial porque en este mes se celebra el Mes del Orgullo Gay, un período en el que gays, lesbianas, bisexuales y transexuales celebran sus avances y derechos adquiridos en largos años de lucha contra la discriminación social.

En el momento del ataque, la Policía estimó que había unas 320 personas adentro del boliche.

'Salgan todos de Pulse y corran', pudo verse publicado en la cuenta oficial de Facebook del bailable, en momentos en que ocurría el tiroteo.

Mientras tanto, frente al boliche, José Torres, empleado de un local de comidas rápida, observó la huida masiva de personas."Fue algo que no había visto nunca. Vi a mucha gente gritando y llorando. Sencillamente gritando y corriendo como locos", contó a la cadena de noticias CNN.

Una vez que el tiroteo y la toma de rehenes terminó y la noticia apareció en los medios, amigos y familiares de las víctimas y los sobrevivientes se acercaron al lugar para buscar a sus seres queridos.

Allí surgió otro tipo de caos y tensión. Familiares y amigos llorando y rogándoles a los policías desplegados en la zona que les digan si sus seres queridos sobrevivieron, preguntándoles dónde estaban. Más de 60 fueron trasladados a los hospitales más cercanos, donde fallecieron al menos nueve.

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