Habrían surgido algunas diferencias sobre la conveniencia de que el Comité Central Confederal del próximo 23 de setiembre llame a un paro general contra la política socioeconómica del gobierno.

Mientras algunos dirigentes dejan entrever que en el consejo directivo de la CGT surgieron diferencias sobre la conveniencia de que el Comité Central Confederal del 23 de septiembre llame a un paro general contra la política socioeconómica del Gobierno, otros minimizan la posibilidad de un desacuerdo.

Aquellos que plantearon dudas acerca de convocar a una medida de fuerza para enfrentar las políticas oficiales, sostienen como argumento central que "no hay que acelerar los tiempos y actuar empujados por sectores que juegan otras partidas de póquer", aseguró un vocero gremial.

Siempre según esa voz "no todos los dirigentes están de acuerdo en instrumentar un paro nacional a poco más de nueve meses de gestión del gobierno de Mauricio Macri", más allá de la falta de repuestas a reclamos cegetistas puntuales.

"Ni siquiera los hermanos Moyano están en la misma sintonía, ya que mientras Pablo quiere una medida de acción directa ya, Facundo plantea públicamente que con un paro no se resuelve nada", una posición que paradójicamente coincide con la del mercantil Armando Cavalieri, esbozada en la última reunión de Consejo Directivo".

Como sea, consultado uno de los secretarios generales de la CGT, Carlos Acuña, afirmó ayer que "no hay discusión sobre la necesidad, llegado el momento, de tomar medidas concretas por la actual política económica".

Acuña admitió, sí, que pueden surgir diferencias "en cuanto a la fecha, pero no de enfrentar algunas decisiones económicas del Gobierno: lo que se decida en el Confederal se hará, porque el compromiso es acatar lo que pide la mayoría".

En cualquier caso, también existen discrepancias en cuanto a la modalidad de una eventual medida de acción directa, toda vez que otros sectores plantean "hacer una jornada de protesta de medio día" y hasta "una movilización hacia la Plaza de Mayo", con abandono de tareas.

La movilización es, en verdad, una idea con poco quórum, porque la mayoría quiere evitar cualquier tipo de contingencia: "Es mejor un paro con los trabajadores en sus casas, para impedir que algún diablillo meta la cola", aseveró uno de los actores centrales de la CGT unificada.

En lo que sí hay una coincidencia generalizada es en que, hasta ahora , la administración Macri no "ha satisfecho los reclamos pendientes en materia de obras sociales, proyecto de ley del Empleo Joven, proyecto de ley de ART, donde no hay un capítulo sobre la Prevención y Ganancias".

En el caso del "impuesto al trabajo", más allá que el Poder Ejecutivo anunció que enviará un proyecto de ley al Parlamento para modificar los montos y las escalas del tributo, los pedidos de la CGT y las Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) vienen reclamando sin éxito que se exceptúe del tributo el medio aguinaldo.

Otro punto que casi todos comparten en el nuevo Consejo Directivo de la CGT es que "no vamos a aceptar la presión de algunas organizaciones sindicales ni de algunos dirigentes vinculados al kirchnerismo para acelerar protestas, porque los tiempos los marcamos nosotros".

Por otra parte los dirigentes cegetistas que esperan esta semana reunirse con el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, continuando su ronda de consultas con distintos sectores sociales.

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