Después de prohibición de las "coperas" por parte de la Legislatura Porteña, Omar Suárez, el dueño de Cocodrilo, respaldó la ley, pero señaló que "la duda es si la norma afecta la libertad de trabajo de las bailarinas".
En diálogo con DIARIO POPULAR, Suárez sostuvo que su local "se adaptará a lo que dice la ley como lo ha hecho siempre". Y agregó: "Si no puedo tener bailarinas, no tendré y llamaré a cantantes, cómicos y seguiré como siempre". Sin embargo, resaltó que "no queda claro el punto en cuanto a la prohibición de las empleadas para bailar".
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A su vez, acompañó el espíritu de la ley impulsada por Gustavo Vera: "Yo estoy de acuerdo con que se haga una ley en contra de la trata. Hay que meter presos a los delincuentes y proxenetas".
La decisión de la Legislatura indica, principalmente, el cierre de los "locales clase A" que estaban habilitados desde 1976. Al respecto, el dueño de Cocodrilo sentenció: "Si los prostíbulos Clase A estaban rompiendo la ley, está muy bien que lo cierren".
Por otro lado, recalcó que su local suele recibir inspecciones: "Nosotros tenemos procedimientos desde la Justicia. Han venido de la división trata de personas, la Policía Metropolitana y otras 80 por año. Y no hay inconvenientes".
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