Son la reestructuración del funcionamiento puertas adentro y un mejor tratamiento de los internos, en un nuevo Estatuto del Personal Penitenciario

Los principales ejes sobre los que se sostiene el proyecto de reforma del Sistema Penitenciario Bonaerense son la reestructuración del funcionamiento puertas adentro y un mejor tratamiento de los internos, en un nuevo Estatuto del Personal Penitenciario que busca cambiar al que está vigente de 1980, en plena dictadura militar, que sólo recibió modificaciones parciales.

El primero y más notorio de los cambios es el reemplazo del jefe del Servicio Fernando Díaz y de toda la estructura superior, poniendo a prueba por 90 días a todos los agentes a cargo de Alcaidías, Unidades y Complejos Penitenciarios, lapso durante el cual el SPB quedará a cargo del Subsecretario de Política Penitenciaria, Juan José Baric.

En consecuencia, también se pasa a disponibilidad y retiro a 132 agentes, mientras que durante el período de prueba se realizarán evaluaciones de desempeño y seguimiento a cargo de un equipo civil de la Subsecretaría de Control Penitenciario y Gestión Institucional del Ministerio de Justicia.

En relación con el resto de los efectivos, el SPB podrá disponer su reescalafonamiento "para garantizar el cumplimiento de las tareas de seguridad y tratamiento penitenciario".

Además, a través de esta reforma se creará un escalafón específico para la Asistencia y Tratamiento con el objetivo de independizar al personal dedicado a las tareas de seguridad que, con la debida capacitación y bajo pautas definidas, tiene la exclusiva capacidad de prevención e intervención ante hechos de violencia.

También se llevará adelante un Plan de Auditorías de Control Integral de la Gestión de los establecimientos penitenciarios, a cargo de un equipo civil, que se concentrará en la provisión de alimentos y agua potable para los penales, cupos de combustible y su consumo, traslados de detenidos, régimen de visitas y estado de conservación y limpieza.

Con respecto al tratamiento de los internos, se reforma el sistema educativo y de trabajo de las cárceles con la idea de darles herramientas de reinserción social.


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Según informó el Gobierno bonaerense, hoy el 43 por ciento de los presos que son liberados reinciden y vuelven a ingresar, lo que "gran parte se explica en que el sistema educativo y el de trabajo son antiguos o no funcionan".

Así, se reactivará la panadería de Junín y se inaugurarán nuevas en Olmos, Mar del Plata, Florencio Varela y Mercedes, mientras que se va a reacondicionar la fábrica de fideos en Olmos, la de bloques de cemento, y se reequiparán los talleres de chapa y pintura.

Por otra parte, junto a la Secretaría de Derechos Humanos, se elaborará un protocolo específico para desterrar la violencia institucional como método disciplinador, para evitar maltratos a los internos y a sus familiares en el marco de las visitas.

En otra medida para los reclusos, se buscará responder a la demanda de atención de aquellos que padecen problemas de adicciones, ampliando la Red Asistencial en todos los penales y destinando a la Unidad 18 (Gorina) como espacio de alojamiento exclusivo para ellos.


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