Central salió muy decidido a apretar a Boca, obligándolo a defender en campo propio, metiendo mucha presión y llegando por las puntas. La intensidad era la bandera del canalla, ante un rival demasiado lento, sin reacción, con un planteo polémico, donde Bentancur jugaba de espaldas al arco rival, sin aparecer en la creación ni en el quite.
Sin embargo, en una jugada aislada, Boca casi se pone en ventaja con un remate de Tevez, que se desvió en un defensor y se fue cerca del travesaño. Eso lo entonó un poco y el partido se hizo más dividido, aunque las chances más claras siempre fueron de los rosarinos, como a los 9, cuando Sara sacó de gran forma un remate de Villagra, Boca empezó a dividir la tenencia, aunque sin demasiada profundidad, llegando poco por las bandas e insistiendo mucho por el medio. Y por esa zona intentó con un buen envío de Pavón que se fue al lado del palo derecho.
Hasta ahí llegó lo de Boca, porque el último cuarto de hora fue un monólogo de Central, que arrancó con otra gran atajada de Sara después de una corrida de Salazar.
Se veía venir el gol y llegó nomás. A los 36 minutos, tras un muy buen desborde de Montoya, que sacó el centro atrás, pasado, para que José Luis Fernández la empalmara de volea. Golazo y 1 a 0 justificado.
Boca acusó el impacto, perdió totalmente el orden, Central se agrandó aún más, y otra vez desde los pies de Montoya, llegó un remate fuerte que se le escapó a Sara y le quedó servida a Herrera para el 2 a 0.
El complemento fue otra cosa. Dos goles abajo, Boca salió más decidido, ya con Benedetto en cancha por el colombiano Barrios, y arrinconó como pudo a Central. Y así lo tuvo a los 3 minutos Silva, con un zurdazo que pegó en el palo; y luego a los 18 con un remate de Benedetto que Sosa sacó de manera notable.
Los rosarinos se tiraron atrás de manera inexplicable y sufrieron más de la cuenta, dependiendo demasiado de las manos del arquero uruguayo, quien de a poco se fue convirtiendo en la figura de la cancha, sacando un remate de Bentancur y cortando varios centros con destino de gol.
Después Boca, por su propia impericia y su escasa fortuna, tuvo un tiro libre en el travesaño de Tevez, un remate de Pérez que arañó el palo y decenas de aproximaciones que se frustraron por malas decisiones. Recién cuando el partido se moría y ya no quedaba nada, apareció Benedetto para clavar el descuento con un cabezazo. Demasiado tarde. Central terminó festejando por su mejor momento y por las manos de Sosa.
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