Claro que, en medio de toda esta adversidad, representada por una AFA desgobernada y con una recua de dirigentes pugnando por la repartija de intereses, más un equipo sin brújula que no tiene profundidad ni con Messi y que defendiendo genera terror, hay un dato que no acaba de ser determinante: la Selección Argentina quedó en el sexto puesto a sólo un punto de Ecuador y Chile (ambos con el mismo puntaje en la línea que define al repechaje).
Esto significa que, el martes, cuando Argentina reciba a Colombia, deberá cosechar los tres puntos para terminar el año, al menos, asegurándose uno de esos últimos dos lugares que otorgan la posibilidad de llegar a Rusia.
Pero el problema no es únicamente matemático. Ni siquiera alcanza con el consuelo de decir que se perdió con Brasil, que anda bien y en su casa. El equipo del Patón venía de perder con Paraguay (de local) y apenas empatar con Perú y Venezuela; es decir, de los últimos 12 puntos, sólo cosechó 2. Una fórmula ideal para el fracaso de cualquier empresa deportiva.
Otro dato desalentador: en la próxima fecha, de las siete que restan para definir a los cuatro clasificados y medio, casi todos los que están arriba de Argentina juegan con los de abajo, lo que significa que no se van a quitar puntos entre ellos.
El único duelo entre dos de los que están en zona de la clasificación será Chile-Uruguay, en Santiago; un triunfo argentino alcanzaría sólo para superar a Chile (en caso de que perdiera o empatara). Ecuador, por su parte, jugará (también de local) ante Venezuela, lo que aparece como un trámite no tan complicado, aunque la Vinotinto viene de ganarle a Bolivia.
Rusia, en el horizonte, todavía no se divisa. Argentina nada por llegar a la orilla y aunque tiene un Patón, todavía no hace pie.
LEA MÁS: