Las crecientes estafas y robos, con grupos delictivos que se organizan para engañar a argentinos que “compran” pero no reciben nada, personas que contratan estadías “truchas” y hasta viajeros que son asaltados.

La ciudad chilena de Santiago se convirtió en el objeto del deseo de los argentinos. La enorme distancia de precios de productos tecnológicos, sobre todo televisores y computadoras, derivó en un verdadero fenómeno de viajes hacia la capital del país trasandino.

La contracara son las crecientes estafas y robos, con grupos delictivos que se organizan para engañar a gente que "compra" pero no recibe nada, personas que contratan estadías "truchas" y hasta viajeros que son asaltados cuando vuelven en los micros con los objetos adquiridos.

Lucas Mirabel es un residente de la localidad bonaerense de Rafael Castillo, dedicado al reparto de productos panificados, y juntó dinero para comprar un televisor con conexión a internet.

"Yo soñaba con tener una tele gigante, de al menos 50 pulgadas. Sabía sobre los tours de compras a Chile, pero no quería ir sólo para comprar una tele. Entonces busqué gente que compraba cosas y las traía para vender. Pero tuve la mala suerte de que me estafaron. Era mucha diferencia de plata, porque acá piden por una tele así unos 30 mil pesos, y en Chile sale 8 mil. Por eso lograron engañarme", dijo el hombre.

Acerca de esta flamante modalidad delictiva, Luis Vicat, licenciado en Seguridad Pública, contó a Diario Popular que "los grupos criminales aprovechan siempre aquello que está de moda o es tendencia, y la realidad es que los viajes a Chile por la diferencia de precios representan una oportunidad importante para generar estafas y otros delitos incluso con uso de violencia, que seguramente se replicarán estas semanas previas a las fiestas de fin de año".


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Un clásico

Así como ya son un clásico los asaltos a mano armada a micros y combis trasladando personas que van o vienen de comprar en la Feria La Salada, de Buenos Aires o del interior del país, también ocurre lo propio con grupos que se dirigen en medios de transporte terrestres para ahorrar más dinero.

"Son paquetes ultra baratos, que incluyen el traslado en micros muy básicos y hoteles de dos estrellas. La gente que sólo va a comprar cree que está aprovechando, cuando en realidad está en riesgo. Es que a la vuelta, misteriosamente aparecen delincuentes que roban todo lo que compraron. Y se puede poner muy violenta la secuencia", sostuvo Vicat.

Pero no es todo lo que pueden padecer los ilusionados compradores argentinos, porque la emoción de visitar Chile y comprar objetos puede llevarlos también a contratar paquetes de viajes organizados, en realidad, por empresas de turismo inexistentes. "Como la publicidad de los viajes a Chile, y lo beneficioso que resulta comprar objetos allá, es impresionante, a los grupos criminales no les cuesta nada armar supuestas agencias de viajes con el único objetivo de engañar y estafar personas.


"La gente confía"

"La gente confía y luego se tiene que lamentar perder sumas de dinero que seguramente tenían ahorradas", dijo el experto a Diario Popular.

Finalmente, Vicat dijo que "hay que estar muy alertas porque se multiplican los grupos que se dedican a tratar de estafarnos y robarnos, utilizando el fenómeno de las compras en Chile, así que el mejor consejo es que se contraten tours por agencias legales, y si compran por internet a supuestos importadores que se haga el chequeo necesario para tener la certeza de que se trata de espacios seguros".