Si bien contaban con ungüentos y lociones (colorante la henna mezclada con sangre de buey o renacuajos machacados, entre otras recetas) para combatir a estos parásitos, los habitantes del valle del Nilo debieron recurrir a los peluqueros para poner fin de una vez por toda a esta plaga, peor que cualquiera que las que luego trajo Moisés.
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"Por las liendres encontradas en sus antiguos peines, es evidente que sus cabellos estaban plagados de insectos del cuero cabelludo, pero a su vez usaban pelucas con elaborados estilos de peinado y extensiones de pelo", dijo la egiptóloga británica y especialista en análisis capilar Joann Fletcher.
Fuente: Planeta Curioso